ECONOMÍA

Financiación, incertidumbre y cultura de empresa, las principales barreras del emprendimiento

El factor económico es la mayor preocupación de los emprendedores potenciales, pero los expertos ponen el acento en la capacidad para mantenerse

Trabajadores de varias «start ups» en un espacio de trabajo colaborativo J. M. SERRANO

Irene Contreras

Desafío, oportunidad, estrategia, proactividad, aventura. Son palabras asociadas a la figura del emprendedor , esa persona que renuncia a la búsqueda de un empleo por cuenta ajena para lanzarse a su propia aventura empresarial. Pero en el relato del emprendimiento hay también hueco para conceptos menos alegres: riesgo, incertidumbre, burocracia, dificultades financieras. Son los miedos con los que lidian a diario quienes llevan el timón de jóvenes compañías que luchan por hacerse un sitio en un mundo tan complicado como el de los negocios.

Un estudio sociológico sobre el emprendimiento en la comunidad autónoma publicado por Andalucía Emprende en 2018 revela el acceso a vías de financiación como la principal barrera al emprendimiento . Los fondos necesarios para poner en marcha una iniciativa son la preocupación principal de los emprendedores potenciales, si bien los expertos en emprendimiento consideran que hay algo más difícil que el despegue de una empresa: su mantenimiento. Por eso ponen el foco en las posibilidades de desarrollo comercial de una iniciativa basándose en cuestiones como la capacidad de captación de clientes, la formación comercial de los directores de las empresas o el desarrollo de planes de marketing y presencia online. Argumentan que las empresas acostumbran a emplear al propietario o a uno de los socios como director comercial aunque no cuente con la formación específica en gestión de sociedades y dinámicas de mercado , lo que acaba lastrando su evolución. De nada sirve despegar si después la iniciativa no sabe mantenerse en el aire.

El propio relato de los promotores de «start ups» coincide en ese análisis: la inversión económica necesaria para impulsar un proyecto, junto a la falta de conocimientos en materia de gestión empresarial y la incertidumbre sobre el futuro son los principales obstáculos que encuentran en el camino. A favor señalan la posibilidad del triunfo en sectores inexplorados, la satisfacción personal de ver crecer un proyecto propio y la oportunidad de dar respuesta al carácter inquieto de quien no se conforma con un trabajo asalariado que no les llena.

Vocación en los universitarios

El estudio, elaborado mediante encuestas realizadas de forma proporcional en todas las provincias andaluzas, también pone de relieve que el pulso de la vocación emprendedora entre los universitarios es escaso. Solo el 33 por ciento tiene en sus planes emprender y casi el 48 por ciento está seguro de que no lo hará. Esto se explica en parte por el concepto que los universitarios tienen del emprendimiento:el 83 por ciento cree que es un reto «difícil». Cuando se hace la misma pregunta a la población no universitaria el porcentaje desciende por debajo del 60 por ciento.

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en Córdoba se crearon 1.053 nuevas empresas en el último año del que hay datos completos, 2018. Sin embargo, no todas responden al mismo perfil. Lo explican desde la Fundación Universitaria para el Desarrollo de la Provincia de Córdoba, Fundecor . Cuando se habla de emprendedores hay que diferenciar entre el individuo que, con formación universitaria o sin ella, decide montar su propia empresa siguiendo los estándares tradicionales -una clínica, una peluquería, un bar- y el que se consigna a eso que llaman « emprendimiento disruptivo ». Los que se enmarcan en la segunda categoría se caracterizan, según el presidente de la entidad, Librado Carrasco, por poner en marcha productos, servicios o actividades que antes no existían. Ese componente innovador es un riesgo añadido pero también, si se juegan bien las cartas, puede abrir el camino hacia un nuevo nicho de negocio.

Recursos para «start ups»

En Córdoba hay recursos que tratan de paliar esas dificultades que ahuyentan a los emprendedores potenciales. En la calle San Pablo, Telefónica, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de la capital pusieron en marcha hace algo más de un año dentro de la iniciativa Open Future la aceleradora de empresas El Patio , donde una decena de «start ups» dan sus primeros pasos rodeadas de expertos y compañeros.

Entre otras ayudas y programas, el Instituto Municipal de Desarrollo Económico ( Imdeec ) pone a disposición de los emprendedores sus viveros de empresas -Las Lonjas, Tecnocórdoba y Baobab-, que facilitan a las iniciativas de reciente creación un espacio físico a un precio asequible y progresivo por un máximo de cinco años y servicios de asesoramiento. Esto supone un incentivo para que proyectos pequeños que no pueden permitirse el lujo de alquilar un local a precio de mercado se hagan fuertes antes de volar solos. Desde que se puso en marcha el primero, en octubre 2005, han pasado por los viveros del Imdeec más de 140 empresas y más del 62 por ciento continúan activas.

A través de Fundecor , por su parte, la Universidad de Córdoba lleva a cabo programas específicos para el emprendimiento con estudiantes que quieren llevar a la práctica sus ideas innovadoras de negocio. Desde 2015 unas 40 empresas nuevas pasaron por la entidad y al menos 28 seguían «vivas» en 2019.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación