INFRAESTRUCTURAS

Final feliz para el pabellón de Fidiana

Los vecinos inauguran las instalaciones deportivas, que podrán usarse como sala de barrio diez días al año

Inauguración del pabellón junto al Instituto Fidiana, el lunes VALERIO MERINO

IRENE CONTRERAS

La historia del pabellón de Fidiana es sólo un ejemplo de lo que sucede tradicionalmente con los proyectos en Córdoba. Dilaciones, problemas de financiación, obras paradas, promesas incumplidas, acusaciones que van de una Administración a otra, protestas vecinales y escasos motivos para vislumbrar finales felices en el horizonte. Finalmente, la sala deportiva ubicada junto al instituto del barrio ha tenido el suyo.

El lunes se inauguró oficialmente un pabellón que hará las veces también de sala de barrio . Han sido 17 años de espera por parte de vecinos y alumnos, que compartirán el uso de este espacio como buenos hermanos. Aunque desde marzo la sala funciona a bajo rendimiento, la apertura del edificio aún no se había celebrado con la pompa que merece verle el fin a un camino que, reconocen los vecinos, se ha hecho muy largo.

El Instituto Municipal de Deportes (Imdeco) aprobaba apenas unas horas antes del acto inaugural un convenio con la Asociación Vecinal Diana que establece que la sala podrá ser usada para actos de los vecinos durante un máximo de diez días al año . Se trata de una reivindicación que la asociación ha defendido desde que el proyecto diera sus primeros pasos, antes incluso de que empezara su construcción en 2003. El barrio necesitaba una sala deportiva, pero esta no era su única carencia. Los vecinos demandaban un lugar de encuentro que hasta ayer mismo no tenían.

Pabellón de Fidiana tras la inauguración VALERIO MERINO

Por el camino quedan años que el presidente de la asociación Diana, Enrique Rodríguez , recuerda sin disimulo su rencor hacia los gobiernos municipales que trataron con «desprecio» el proyecto. También hacia la Junta, que ha dilatado el proceso de su apertura más de lo debido. A su juicio, ha actuado como una «madrastra» con el edificio que recibió del Ayuntamiento del PP y cree que el Consistorio ha asumido un mal trato con la Administración autonómica. La mayor parte del dinero invertido en la sala ha llegado desde las arcas municipales, aunque el edificio es propiedad de la Junta.

Respiran también con alivio los alumnos del instituto Fidiana , que ya no revivirán la historia por la que sí pasaron aquellos a los que cada curso les endulzaba las expectativas la promesa de poder disfrutar de unas instalaciones deportivas de primer nivel . En septiembre abandonaban para siempre el instituto con el título de Bachillerato bajo el brazo sin haber visto nunca el pabellón por dentro.

Por el camino quedan también protestas, batucadas, comunicados, vandalismos y arreglos puntuales y estructurales, reuniones con gobiernos municipales de distinto color político. Pero el lunes, por fin, los vecinos se reunieron en torno al edificio para disfrutar y no para protestar, alegres de ser protagonistas de un inusual fenómeno: ver cumplidas las reivindicaciones ciudadanas . Aunque haya tenido que ser 17 años después.

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