EDUCACIÓN

Fernando Alberca: «Fue un error privar al docente de mando sobre el alumnado»

El profesor y escritor está convencido de que «la educación está en crisis desde hace tiempo, con un sistema, metodología y contenidos obsoletos»

Fernando Alberca, durante una entrevista con ABC VALERIO MERINO

Rafael C. Mendoza

—¿Cree que algo está cambiando en la Educación en general?

— Sin duda la educación, en crisis desde hace tiempo, con un sistema, metodología y contenidos obsoletos está a punto de cambiar, se trata de hacerlo bien y no confundir tecnología con innovación por ejemplo.

—Está claro que varían los planes de estudio, ¿pero cuáles son los cambios reales que está notando en el modelo?

—El problema es que nos han cambiado tanto de leyes en Educación que gran parte del profesorado se ha vuelto insensible a tanto cambio y hace lo mismo que hace diez, veinte y treinta años: sobre todo en evaluación y metodología pedagógica.

—Hace algunos años que se produjo la apuesta por las nuevas tecnologías. ¿Cree que ha ido acompasada de una formación al profesorado?

—Lo importante no son las nuevas tecnologías, sino qué hacer con ellas. Lo importante, a mi juicio, no es formar al profesorado en enseñarle a utilizar una aplicación determinada o un dispositivo o recurso concreto, por ejemplo una pizarra digital interactiva, sino ofrecerle formación para que pueda seguir mejorando en su forma de hacerse entender en la actualidad por todo tipo de niños y niñas reunidos en una clase.

—¿Qué opina de que niños de 8 años tengan móviles y hagan uso de ellos incluso más horas que un mayor. ¿Qué opina?

—La media española del uso de pantallas en niños y niñas de Primaria está en algo más de diez horas diarias, y esto si llega a dependencia digital (agresividad e intolerancia al quitársele el móvil) tiene sus propias consecuencias negativas en la impulsividad, falta de concentración, reflexión, dificultad de expresión, intolerancia a la frustración, agresividad, aumento de la apatía, debilitación de la fuerza de voluntad y la capacidad de esfuerzo, habilidades sociales y compromiso, individualismo, ensimismamiento, soledad, conductas asociales y con tendencia a la obsesión… No obstante, el móvil o el uso de cualquier otra pantalla es algo que puede servir para educar, ha de servir para ello. Los hijos e hijas han de aprender a vivir en escenarios digitales sin dejar de ser ellos mismos, educados y felices.

—¿Qué queda de la autoridad del profesor?

—La autoridad se gana ante los alumnos y alumnas y se es. No se ha perdido. A la que usted se refiere es a la que otorga el cargo y prestigio, que provoca en parte aquella otra. En efecto, fue un error histórico de consecuencias importantes en la actualidad privar al docente de una posición de mando sobre el alumnado.

—¿Cree que los padres le consienten demasiado a sus hijos?

—El problema realmente es la hiper-sobreprotección, un extremo de muchos padres y madres, dispuestos a inmolarse con tal de evitar a su hijo un fracaso y entonces logran los efectos contrarios que esperan. Los hijos de padres hiper-sobreprotectores odian a sus padres, especialmente a su madre, culpándola de que el mundo no le consienta lo que desea en todo momento. Mina las probabilidades de felicidad de un hijo. Es el mal educativo más extendido en nuestro llamado «primer mundo».

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