Rafael Aguilar - El norte del sur

La feria sin modelo

El cartel de Mayo es transgresor porque opta por una mujer discreta de ojos tristes de resonancias de Romero de Torres

PUES va a tener razón el PP cuando se queja de que la Feria de Córdoba carece ahora de modelo y que con ellos en el gobierno local sí que lo lucía bien. Ahí está el cartel de las Fiestas de Mayo que presentó ayer la alcaldesa y cuyo autor, de nombre Rafael Cervantes , ha retratado a una mujer, que es la suya, pero que podría ser una más de las vecinas de cualquier barrio de la ciudad a diferencia del joven que tomó de referencia la pintora de Montilla que compuso el póster de 2013, todo buena planta, músculo y atenciones al cuerpo que ya quisieran para sí los cordobeses de la calle. Isabel Ambrosio y los suyos se la tenían guardada y bien al principal grupo de la oposición a cuenta de la Feria y le han servido la venganza el plato frío, quizás cuando menos se lo esperaban. Los socialistas ya amagaron durante el mandato de José Antonio Nieto con torpedear el concepto de celebración que, con medias tintas cierto es, él trató de fortalecer -ya se sabe: más cuidado de la estética, ciertas concesiones a los titulares de las casetas para sus reuniones privadas, potenciación del mundo ecuestre-. De hecho, el PSOE prestó cobertura a una asociación de dueños que tomó el nombre de Casetas Populares en contraposición a la ya veterana de Casetas Tradicionales con la que intentó contrarrestar el empuje de un molde de la cita que cierra Mayo que a muchos ciudadanos les parece más un préstamo de capitales limítrofes que la manifestación popular que ha de imperar en El Arenal . Que una vez se me ocurrió pisar la calle de Enmedio con una chaqueta informal y me dijeron ocho veces sevillano, así como quien te está insultando, y tuve que huir a lo más alto de la noria.

El portavoz del PP, José María Bellido , y su equipo andaban esta semana quejándose de que Isabel Ambrosio había ninguneado desde que llegó al poder a la comisión municipal de Feria y que ahora promocionaba otra a propuesta del Consejo del Movimiento Ciudadano y de la que los grupos políticos de la oposición habían quedado excluidos. Nadie del PSOE respondió de inmediato a las críticas de la concejala Amelia Caracuel porque la respuesta aguardaba al final de la semana, ayer en concreto, en Orive . «¿Que no sabemos qué Feria queremos? Pues mirad el cartel y salís de dudas», sugerían los gestos de la regidora durante la presentación de la pintura, a la que se le pueden poner todos los peros que queramos porque más de uno merece, pero que acierta en una cosa y transgrede en otra. Acierta en que el Ayuntamiento no engaña a nadie con ella: transmite exactamente la idea discutible de la Feria que tiene en la cabeza. Y rompe la baraja porque en vez de decantarse por la imagen idealizada y manida de una cordobesa de alegría y belleza calladas opta por una mujer normal y corriente y de rasgos y formas discretas que además mira a quien la contempla con un punto de tristeza y una espalda parcialmente al descubierto con resonancias de Romero de Torres , como la Ribera en el fondo turbulento y enigmático de la composición que va a cabrear a media ciudad.

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