TOROS CÓRDOBA 2021
Feria de Córdoba | Balance incompleto de un ciclo en reconstrucción
La dimensión de Roca Rey, los detalles de Aguado y los capotes de Finito y Morante, ejes de una cita donde fallaron las reses

El ciclo ferial taurino de Córdoba ha sido un éxito y a la par, una decepción . Se esperaba mucho de un serial tremendamente atractivo. La apuesta de Lances de Futuro, de alabar. Porque dar toros en una plaza de primera y en pandemia , con las restricciones impuestas, es todo un mérito . Se afanó la empresa en fijar un programa de envergadura, con una novillada, una corrida mixta y un mano a mano de figuras. Y todo apuntaba al éxito de no haber sido por el juego de los astados , que sin rozar el subsuelo, perimetraron la vulgaridad, a excepción de la novillada.
El suceso completo taúrico tenía un nivel en muchas de sus ramas, buena presentación, buen ganado, gran atractivo en los carteles, por los lidiadores y mucho empuje de la afición. Solo que la cosa no fraguó. Porque la feria, ha tenido sus grandes detalles , sus recuerdos, pero también ha tenido sus carencias . Y estas siempre han apuntado al mismo sitio, el ganado .
Merece la pena significar aquí una distinción. Y es que si los matadores sugieren este tipo de encastes, este tipo de toros , luego, que no se quejen de lo que pueda ocurrir. Venían avisando los ‘juanpedros’ de un tiempo atrás. No había salido ninguno hasta la fecha aprovechable. Se deduce que la pandemia ha pasado factura a una ganadería a la que faltaba movilidad en el campo y, jugando a ser adivinos, a lo mejor, también otro tipo de alimentación, porque energía como tal, no tuvo.
Resaltar el papel de los novillos de Fuente Ymbro , a un nivel sumo y no aprovechados por una terna que abrió ciclo y cerró conclusiones. Lástima lo del local Lagartijo , al que se le ha complicado el devenir pese a que aún hay esperanza con él, porque la vida del torero debe tener aún páginas que escribir. Pero su intervención , reconocida por él mismo, dejó entrever que no llegó comprender a sus dos enemigos , en especial al primero, por encima de su lidiador.
En la novillada que abrió ciclo , destacaron El Rafi y Tomás Rufo , ambos con buenas maneras y apostando por el toreo de nivel , sin llegar a elevar el rango de lo requerido. Dos orejas en la primera sesión taurina ante una encierro que mereció al menos el doble, como mínimo.
El segundo día de feria , con Ventura, Roca Rey y Aguado , las expectativas se llegaron a consolidar , aunque también hubo un fallo flagrante a espadas , invirtiendo las aspiraciones presumibles.

El techo lo tocó Roca , que volvía a los ruedos tras una ausencia demasiado amplia para el orbe taurino. El peruano, en ambos toros , recuperó su envergadura torera , puro, franco, firme y dispuesto en todo momento. El torero no dejó escapar ningún detalle, más allá de errar con la tizona. Tremenda la actuación del matador que, de haber consolidado en el último tercio , sin duda, sería el máximo triunfador del ciclo .
La presentación de Aguado
En esa misma jornada, se presentaba Aguado , un torero esperado y deseado que dejó en evidencia que para subir al trono, aún tiene que remar ante olas más altas. El sevillano , con un lote que tampoco acompañó , rozó el baremo del equilibro , pero sin despuntar. Dejó detalles con poso, con elegancia, plásticidad y ciertas ganas de volver a verle. Pero, todo sea dicho de paso, el pedal no fue pisado a fondo, pese a su disposición.
La feria se cerró con un mano a mano de arte , donde Finito y Morante presagiaban capacidad de éxito . El mejor momento de los dos matadores tras una pandemia, presumía ánimo de torear. Ninguno de los dos defraudó . Entrega plena y forma completa. Finito y Morante tiraron de sapiencia y maestría para emplearla en los únicos lugares donde pudieron hacerlo, teniendo en cuenta que no había acompañamiento.
Finito formó un lío en su treinta aniversario . Recuperó su mejor toreo de capa , templando, guiando y ejerciendo torería con el don que posee. El de El Arrecife llegó a para el tiempo y el toreo rindió pleitesías a quien , sin duda, es el sucesor del Quinto Califa . A Finito habría que nombrarle como tal en ejercicio. Poco sentido tiene que el matador que más tarde ha paseado el nombre de Córdoba en el coso cordobés, que más toros lleva matados en la etapa contemporánea, y que mejores resultados ha cosechado desde Benítez a esta parte, siga sin llevar la más que merecida medalla.
Morante , a su nivel, rondó el toreo de duende que incorpora a su espíritu. Entre la capa de Finito y la de Morante se pudo hacer una enciclopedia por capítulos del torero de capa . Bien, el sevillano, que no engaña, que se muestra franco a un concepto y que, pese a apresurar en ocasiones, mantiene la esencia de un torero completo .
La feria ha conseguido reconstruir el espacio derribado , donde el toreo había pasado a un segundo plano. Se percibió el ambiente dentro y fuera de las gradas ; la sensación de ganas de toros . Pero ahora, ahora toca volver a empezar . Ha sido una feria de aficionado , una feria con una decepción, la ganadera , pero feria en positivo para Cordoba que, por primera vez en muchos años, vuelve a ser eje mundial del toreo.
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