Feria de Córdoba 2022 | La luz se hace tras dos años de túnel
La portada ilumina la ilusión por una fiesta recuperada con todas sus señas de identidad después de las suspensiones por la pandemia
Feria de Córdoba 2022 | Todo lo que tienes que saber
Plano de la Feria de Córdoba 2022: mapa de todas las calles y casetas
Cuando el sol se ha cansado de castigar a una ciudad que todavía no da crédito a tanto calor en mayo, el Arenal parece una mesa lista para comer en la que nadie puede tocar nada todavía. Están las copas impecables sin una sola gota ni rastro de líquido lavavajillas. Las servilletas lucen en la doblez perfecta de la plancha y los cuchillos tienen el perfil afilado de lo que parece que podrá cortar el diamante.
Tal vez puede haber algún cuenco con patatas fritas o unas almendras que los más hambrientos tomarán a escondidas, masticando por un carillo de forma discreta, que la tentación es difícil de resistir si es tan accesible que se puede comer con las manos.
El banquete puede empezar en cualquier momento y habrá hasta quien se anime a llenar de vino y de cerveza las copas al tiempo que desde las cocinas llegan los olores cada vez más intensos del guiso y de las carnes que se van mezclando con el aceite. Pero todavía no ha empezado.
A esas horas en que al otro lado del Guadalquivir se había dejado de ver el disco naranja que había obligado a media ciudad a buscar refugio, la Feria de Nuestra Señora de la Salud todavía no había empezado pero ya estaba, como un aperitivo que deja comido a quien no se siente capaz de esperar.
El guitarrista Merengue de Córdoba y la bailaora Concha Calero pulsaron el botón que hizo iluminarse la portada
Los autobuses iban y venían junto a los caminos de jaulas llevando a gente que había salido de sus casa bastante tiempo antes, los paseantes iban por la calle Guadalquivir abajo y por la de Enmedio arriba pensando en que por eso no tendrían que pagar dinero y las luces ganaban terreno a la luz de un día que en mayo es siempre demasiado largo para los que sólo disfrutan de la Feria si es de noche.
A la Feria le faltaba la luz de la portada , el faro que tiene que guiar a media ciudad y tentar a la otra media en los próximos días para divertirse o intentarlo. Conforme se iba retirando la luz del 20 de mayo las casetas podían estar animadas y el paseo ser un mar de cabezas, pero era un aperitivo, un ensayo general o un simulacro hasta el momento en que la mole de arcos salió de la oscuridad y provocó el aplauso de las luces que nacen.
Tres años, y no uno, que es lo normal, habían estado los cordobeses sin ver que la portada de la Feria de Nuestra Señora de la Salud se encendía. Los que ayer se la bebían a sorbos hacían fotografías de la composición que dibujaban las 60.000 lámparas dispuestas por Iluminaciones Ximénez para llamar y para contar, como los viejos titulares, que en ese punto que está junto al Guadalquivir hay trajes de flamenca , diversión, música y gente de todas las edades para más de una semana.
El público abarrotaba el recinto desde varias horas antes para disfrutar de una fiesta que el coronavirus obligó a aplazar
Los arcos habían permanecido latentes hasta entonces mientras las atracciones subían y bajaban desde el cielo con la atracción irresistible del peligro remoto y de la altura cierta, pero todo cambió desde entonces, como si justo a la medianoche hubiera cambiado toda la Feria de sentido al cobrar luz los 73 metros de largo y 45 de ancho .
Fue después de que dos artistas flamencos consagrados, el guitarrista Rafael Rodríguez, ‘Merengue de Córdoba’ , y la bailaora Concha Calero , pulsaran el botón que de alguna forma daba vía libre al momento de la gran diversión.
Las calles de la Feria lucían ya el alumbrado ornamental, que tiene 264 arcos , siempre el arco presente en la iconografía de Córdoba, con 70 motivos distintos. Con el botonazo empezaron la luz y el banquete que no terminará en estos días más que en unas cuantas horas decorosas para transformarse, porque la Feria de Córdoba tiene la cara del día y la de la noche . No habrá demasiado tiempo en que las luces que ayer iluminaron tres años de oscuridad, y no uno, que era lo habitual, estén apagadas. A la ciudad donde cabe todo el mundo no se va a descansar.
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