Feria de Córdoba de 2022 | Ganas sin pausa en la recta final

La jornada del jueves, la más populosa desde el domingo, ha estado protagonizada por la asistencia en plan familiar y por unas temperaturas al alza

Todo lo que tienes que saber de la Feria de Córdoba

El mapa de la fiesta de Nuestra Señora de la Salud

Una familia en el interior de una caseta VALERIO MERINO
Rafael Aguilar

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«La vida son momentos». Lo dice un cartel vegetal que adorna la estancia principal de la caseta El Picaero , en la calle de Los Patios de la Feria de Córdoba de 2022 . Y el personal se aplica a ello: a exprimir cada segundo de la fiesta que ya empieza a encarar su recta final. Joaquín y Marta , por ejemplo.

Recién casados y primo hermano él de uno de los socios de la carpa. «Es una tradición para nosotros comer juntos el jueves o el viernes de Feria. Así que aquí estamos, recién llegados de Marruecos : ha sido un viaje de novios espectacular», se alegran ambos. «Unn caseta de Feria es la cosa más sencilla...», dice una sevillana que está sonando.

Julián está a los mandos del equipo de sonido de Ladesiempre , clásica entre las clásicas. Para hacer lo que él hace hay que saber. La clave está en manejar los tiempos, en adelantarse a las apetencias de la clientela.

«Ahora están empezando a sentarse para comer, así que ponemos sevillanas lentas, y a un volumen no muy alto, para no molestar a los señores... Luego, cuando vemos que ya sacan los postres cambiamos hacia unas sevillanas más rápidas, porque siempre hay alguien que se lanza a bailar», explica el joven.

¿Cuál es la hora punta del baile? Irá por barrios, pero en Ladesiempre , asegura Julián , ese momento llega sobre las seis de la tarde. «Entonces es cuando hay más animación: combinamos rumbas con temas de pop y de rock actuales, porque a la gente le gusta escuchar también cosas de ahora, no solo el flamenco », se extiende el muchacho.

Melodías machaconas

El oído de Marcial está acostumbrado a las melodías machaconas. Va en su oficio: el hombre se gana la vida en una tómbola de la calle del Infierno. «Me paso la vida de un lado para otro. Te haces a este ritmo pero a veces tengo que darme una tregua, para que el cuerpo y el espíritu descansen. Como ahora», comenta en una mesa solitaria de la caseta de El Corte Inglés . «Le he pedido al jefe un par de horas libres antes de que empiece el movimiento: me he pedido pimientos fritos y japutas. Ya ves que he cogido buen sitio», completa mientras señala una de las bocas del aparato de aire acondicionado.

Una pareja baila junto a la portada de Feria VALERIO MERINO

Si en El Arenal obra el milagro de que la belleza y el gusto estético no faltan en no pocas casetas, también es cierto que en otras se los pasan por los bajos de los manteles de plástico. En la calle de Enmedio hay un chiringuito al que da no sé qué asomarse que anuncia menús por quince euros: igual que está presente en la Feria de Córdoba podría enclavarse, sin desentonar, en una verbena o en los puestos de comida de la meta de Rally de montaña.

La Asociación de Joyeros San Eloy , otro mundo, tiene por sede, en la calle Corredera , una carpa que recibe el nombre popular de La Astillera . El diseño del interiorismo corresponde a Manolo Ceballos, Eduardo Heredia y Clara Gutiérrez. 'Orfebrería de Arte', se lee a la entrada: la frase está labrada en un tablón de madera clara a la que sigue un vinilo de grandes dimensiones en la que aparecen fotografiados un numeroso grupos de personas que actitud sonriente, relajada y feliz: quien quiera buscarse que se busque, que igual se encuentra.

Una jornada sin clases

Perderse en El Arenal era este jueves más fácil que nunca: a excepción del domingo ha sido la jornada más populosa, y con diferencia. Aunque se trata de un día laborable, a la afluencia ha ayudado que no haya ya clase y que más de uno y de una se haya tomado el puente en la oficina. Así, si de lunes a miércoles el ritmo de la celebración ha estado marcada por la asistencia de políticos en plena precampaña electoral y por las reuniones de compañeros de trabajo, este jueves eran protagonistas las familias.

Caballistas en la calle Guadalquivir VALERIO MERINO

La de Juan Miguel de Soto , dueño de un taller en Poniente . «Tenemos que celebrar mucho: a mi mujer le dijeron a comienzos de este mes que está curada de su cáncer y la nena nos ha anunciado que está embarazada: el año que viene voy a ser el abuelo más feliz de la Feria », se felicita el hombre en la de Puerta Nueva, que mantiene sus precios populares y, a tenor de las reservas, el público sabe reconocerlo.

Tanto como que la Feria es de verdad inclusiva, tal y como el alcalde, José María Bellido, ha insistido durante los primeros días de la celebración: no hay día que no cruce El Arenal, de punta a punta, una comitiva de personas discapacitadas, unas en sillas de ruedas, otras con muletas, otras del brazo de sus cuidadores.

Inclusiva, de acuerdo, pero también abrasiva. Cuidado con la exposión prolongada al sol. Este jueves se ha notado más el calor, con casi treinta y cinco grados en la ciudad, y este viernes, vísperas del día de cierre del Mayo festivo , la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) avanza que las temperaturas van a más. Quien esté quemado después de un mes entero de celebraciones no ha de preocuparse. Es lo natural.

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