Feria de Córdoba de 2022 | Bullicio de viernes antes de la despedida

El Arenal exprime la fiesta con un ambiente marcado por la afluencia de familias y grupos de amigos

Todo lo que tienes que saber de la Feria de Córdoba

El mapa de la celebración de Nuestra Señora de la Salud

Una familia, a su llegada a la Feria este viernes VALERIO MERINO
Rafael Aguilar

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«¿Entonces tú eras de las que decían que no iban a venir a la Feria nada más que a la comida de empresa? Ya veo...». El reproche sale al paso de una conversación entre amigas en la sombra generosa de la caseta La Nuestra, en la calle del Alcázar , que es la sede la Asociación de Comunicación, Relaciones Públicas y Protocolo (ACPR).

En cuanto caiga la tarde va a tocar allí dentro Sonikete y los chupitos van a estar a un euro, tal y como informa el cartel de la puerta, pero ellas están cogiendo sitio. Ellas son las siguientes: Rocío , separada y cajera de un supermercado; María , funcionaria municipal y en trámites de que le den un niño en adopción; Sofía , madre de trillizos en paro; y Fran , el marido de esta última y viajante por España entera con productos de belleza.

«María, que te vi el viernes pasado por la portada y todavía andas por aquí. ¿Es que no te has ido?», bromea el hombre con una de las chicas de la pandilla. « Fran , tú me conoces. Es que me llaman y me pego un salto. Por saludar», le responde la interesada.

«Vete por la sombra»

«Vete por la sombra, que el calor aprieta», se escucha al poco en La Quijotá, en la calle de Enmedio . «Sí, socio, si ya lo sé, es que el problema es que no hay: ¿a ninguna cabeza pensante se le ha ocurrido poner un toldo en El Arenal ? Es que hay que ver...», le replica su interlocutor, que va de camino a la parada de autobús, botella de agua fresca en mano, a recoger a sus dos sobrinos, que llegan desde Alcolea .

«Ya hay que tener ganas, padre mío», se queja mientras en la carpa frontera, con el nombre de El Portón , suena lo que no tiene que sonar. ' Reggaeton '. A esas horas. Tres y media de la tarde. Treinta y tantos grados. Y aquello lanzándole improperios al cerebro a través de las ondas sonoras. En el acceso a la caseta, casi desierta a esas horas, hay una mesa plegable con los abanicos de usar y tirar que más se ven en la Feria : los de los supermercados Deza .

«Orgullosos de nuestra tierra, de su gente y de su fiesta y su cultura. Cordobesa . Como Deza », se lee en las cartulinas diseñadas para el alivio del calor.

La celebración de Nuestra Señora de la Salud es pródiga en consejos, en mensajes grabados con desigual fortuna estética en los muros efímeros de las casetas. En El Lagarillo , junto a la portada, hay un letrero que dice lo que sigue: «Me alegro de volver a verte». A la clientela parece que aquello le da ánimos, que le gusta. Y por eso brinda y comparte raciones de gambas, de jamón, platos de salmorejo, sonrisas y sevillanas . «Cada noche sueño con besar tu boca. Y me vuelves loca», confiesa la rumbita que anima el ambiente para completar el cuadro.

Un grupo de flamencas se hace una foto VALERIO MERINO

Muy cerca está la Peña Fosforito, que este año estrena ubicación en la embocadura de la calle del Guadalquivir , la más cercana al río. «Once euros, caballero», le informa el camarero a Juan de la Mata cuando va a pagar un plato de calamares. Él viene del Norte . De Los Pedroches . «Mi hija ha empezado Medicina este año, bien que le costó sacar la nota que le pedía, que estaba por las nubes, y con los ahorrillos que teníamos le hemos comprado un pisito en el Parque Cruz Conde: allí nos quedamos esta noche cuando acabemos de fiesta», indica el hombre, prejubilado de banca.

En El Arenal , que este viernes ha estado más despoblado en la primera tarde que el día anterior, hay quien vive su canción. Que le pregunten si no a ese tipo que camina por la calle Cristo de los Faroles con una camiseta de Fito y los Fitipaldis , que toca por la noche en Córdoba . «Por la boca vive el pez» , se lee en su pechera, tan 'casual', tan informal.

Una joven se abanica en la caseta del Círculo de la Amistad VALERIO MERINO

Ojo, que en la Feria hay etiqueta. Según donde uno ponga el pie. Si vas a la caseta del Real Círculo de la Amistad no se te ocurra vestir bermudas. Que no entras. «Son las normas de la casa, aquí y en el Centro », asegura una empleada de la noble institución, que da la bienvenida al visitante con el ramillete de folclóricas: en la antesala de la caseta hay retratos en blanco y negro de Lola Flores y de María Jiménez.

Quien sigue la unformidad requerida, con creces, es Paco Pérez , el exdueño de la mítica taberna La Sacristía de la calle Alarcón López , en Santa Marina , y que disfruta de un ágape relajado en compañía de su familia. Allí está el hombre, tan cordobés y tan taurino, con su sombrero pardo bien calado.

«Se acabó», se huele en el albero seco de El Arenal en la sobremsa del viernes, el penúltimo día de la fiesta de Nuestra Señora de la Salud y el broche del Mayo cordobés .

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