Universidad de Córdoba

La Facultad de Veterinaria de Córdoba cumple 175 años a la vanguardia de la ciencia y la educación

Más de 10.000 profesionales y 500 doctores se han formado en alguna de sus tres sedes históricas: Regina, Medina Azahara y Rabanales

Obras de construcción de la sede en Medina Azahara en el primer tercio del siglo XX ABC

Rafael Verdú / Davinia Delgado

En Córdoba se le conoce simplemente como «la Veterinaria» a secas ; su raigambre en la ciudad es tal que no necesita más calificativos y todo el mundo sabe que hablamos de la institución de enseñanza superior. Hoy es la Facultad de Veterinaria , germen de la propia Universidad de Córdoba, pero antes fue Escuela y más tarde Escuela Superior. El año que viene cumple 175 años de historia.

El origen de Veterinaria hay que situarlo en la Real Orden de 19 de agosto de 1847 firmada por la reina Isabel II. Por entonces, sólo Madrid ofrecía esos estudios, pero había llegado el momento de comenzar la descentralización universitaria, con más motivo cuando Córdoba -entonces como ahora- tenía un excelente ganado . Al mismo tiempo se creó también un centro similar en Zaragoza, ambos de rango inferior a la Escuela Nacional de Veterinaria de Madrid creada a finales del siglo XVIII. Córdoba dependía del Rectorado de la Universidad de Sevilla.

Tan sólo 13 alumnos oficiales y oyentes casuales formaron la primera promoción; hoy día son 150 las plazas que ofrece la Facultad de Veterinaria. Al ser un centro subalterno, los veterinarios que salían de las aulas de Córdoba tras tres años de estudios sólo tenían la categoría de segunda clase. Se les permitía realizar trabajos comunes en la época, como herrar equinos o algunas tareas sanitarias , pero no podían aspirar a ser veterinarios militares , inspectores ni peritos. Para eso había que ir a Madrid, al menos hasta el año 1871.

Un aula de Veterinaria en la década de 1880 en el Hospicio Viejo, en Regina, ya desaparecido ABC

En las primeras etapas de la Facultad de Veterinaria, las clases se daban en un vetusto edificio del siglo XVI cedido por el Ayuntamiento, el conocido como Hospicio Viejo. El lugar había sido convento y después cuartel de la Guardia Civil , una institución que tiene casi la misma edad que la Veterinaria cordobesa . No era grande, pero la Escuela estaba bien equipada, según relata el catedrático Rafael Jordano en su libro ‘A propósito de dos generaciones de grandes maestros de la Facultad de Veterinaria de Córdoba’.

Las clases se daban en la antigua iglesia, con capacidad para 200 alumnos , y en el centro se disponía la mesa de disecciones; tenía cátedras, biblioteca, dos caballerizas, una perrera y otras instalaciones menores. Casi nada queda de aquel edificio , apenas la planta baja con sus ventanas de la fachada original, que forma parte del cerramiento del colegio de educación especial Virgen de la Esperanza, en Regina.

Allí estuvo la Escuela de Veterinaria durante casi un siglo , hasta que se construyó el noble edificio de estilo neomudéjar con el que incluso hoy en día se identifica a Veterinaria, aunque ya las clases se dan en un espacio mucho más moderno y actual en el campus de Rabanales. Lo que hoy es el Rectorado de la Universidad de Córdoba tiene su origen en un proyecto de 1914 que no terminó de construirse hasta 1936. La Guerra Civil dio al traste con el traslado de los alumnos hasta un edificio que, ya concluido, sirvió para propósitos militares.

Terminada la contienda, en 1941 pudieron comenzar las clases de Veterinaria en la avenida Medina Azahara . Eran instalaciones para una enseñanza universitaria de calidad. Como recuerda Jordano en su obra, tenía 12 aulas para entre 80 y 144 alumnos (casi como en la actualidad), despachos, laboratorios de prácticas e investigación, salón de actos, salas de juntas y de profesores, biblioteca, hemeroteca... incluido el fastuoso salón mudéjar . Pronto se convirtió en uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad y, durante medio siglo, fue creciendo para adaptarse a las necesidades educativas.

En esta etapa Veterinaria da uno de los saltos cualitativos más importantes de su historia . En 1943, tan sólo dos años después de la apertura de la sede en Medina Azahara, pasa a ser Facultad con todas las de la ley . Su primer rector fue Germán Saldaña Sicilia, uno de los cinco veterinarios que forman parte de la primera generación de grandes maestros surgidos de Córdoba, según la obra de Jordano.

Fachada de Veterinaria en el siglo XX, con el busto de Rafael Castejón ABC

La primera generación

Junto a él, el primer grupo de destacados científicos formados en Córdob a -Saldaña es el único que estudió fuera- estuvo formado por Rafael Castejón (1893-1986), quien además de veterinario militar y zootécnico se interesó por la historia, el arte, el arabismo y la arqueología; José Martín (1896-1976), experto en fotografía microscópica y primer vicedecano; Gumersindo Aparicio , decano en los años 50 y 60 que logró el reconocimiento nacional de la facultad cordobesa; y Félix Infante Luengo (1898-1956), que impulsó la finalización del edificio de Medina Azahara.

Estos ‘cinco grandes’ lograron sus cátedras en los años 20 del pasado siglo. Al margen de su indudable mérito académico y científico, una de sus mayores aportaciones fue su valor humano: en lugar de acumular títulos prefirieron fijarse en los alumnos más brillantes para forjarlos como futuros profesores de la Facultad de Veterinaria. Lo consiguieron, y con ello aumentaron el prestigio de la institución cordobesa.

Una clase en Veterinaria probablemente en torno a los años 20 ABC

La segunda generación de grandes profesores cordobeses sustituyó a la primera cuando aquellos se jubilaron. Está compuesta por otras cinco eminencias que empezaron la docencia a edades tempranas a mediados del siglo XX. La componen Diego Jordano, Francisco Castejón, Manuel Medina, Francisco Santisteban y Gaspar Gómez . Según Rafael Jordano, a ellos se debe «llevar a la Facultad seguramente al periodo de mayor prestigio de cuantos ha conocido hasta ahora».

Tras más de medio siglo de actividad , la Facultad de Veterinaria en Medina Azahara se había quedado pequeña y el edificio ya no servía a una institución docente moderna. En los años 90 comenzó el traslado paulatino hasta las avanzadas aulas del Campus de Rabanales , donde hoy Veterinaria sigue siendo un referente tanto para la UCO como para las demás facultades de mismo ramo en España e incluso en el resto del mundo.

Primer edificio que albergó Veterinaria, en Regina. Hoy sólo queda en pie la fachada de la planta baja con sus ventanales, como parte del cerramiento del un colegio Ladis

La profesión

Veterinaria ha formado a un gran número de profesionales: a lo largo de sus 175 años se han titulado 73 albéitares, 349 veterinarios de 2ª, más de 10.000 veterinarios , 300 titulados en Ciencia y Tecnología de los Alimentos y casi 500 doctores (de estas licenciaturas), muchos de los cuales acabaron formando parte de su plantilla docente. Una facultad «que ha llegado a tener alumnos de quince nacionalidades diferentes », apunta el doctor en Veterinaria Eduardo Agüera.

Entre los hitos relacionados con este complejo educativo , Agüera recuerda que « el primer centro de cálculo de España se creó en Córdoba en 1962 por la iniciativa de un profesor de esta facultad, Diego Jordano, y la aportación económica de la Caja Provincial de Ahorros. Se trajo de EE.UU y se montó en la calle Sevilla ». También, según rememora Agüera, «allá por los años 50 se vendía la leche por las casas y salió un decreto de higienización de este producto. Fue Veterinaria (con el profesor Pérez Cuesta a la cabeza) la que generó una pequeña central lechera en la calle Albéniz, germen de la posterior Colecor ».

«Veterinaria generó una pequeña central lechera en la calle Albéniz, germen de la posterior Colecor»

Eduardo Agüera

Doctor en Veterinaria

Sobre su paso por la esta institución (hace poco ha celebrado los 50 años de su licenciatura), Agüera recuerda que eligió esta carrera siguiendo la tradición familiar: « Soy la sexta generación de veterinarios , aunque tomé la decisión por voluntad propia». Una de las investigaciones que capitaneó sobre el caballo andaluz (proyecto que recibió 48 millones de pesetas) permitió montar los primeros equipamientos del centro de medicina deportiva equina Cemede, el único en España especializado y dedicado a la docencia e investigación en el caballo de deporte. El Hospital Clínico Veterinario del campus de Rabanales es hoy una referencia nacional, con un estrecho vínculo con la yegüada militar española

Otro de los veterinarios de renombre que pasó por esta facultad fue el actual presidente del Colegio de Veterinarios de Córdoba, Antonio Arenas . «Recuerdo con gran añoranza mi paso como estudiante por la universidad. Los años más maravillosos de mi vida fueron esos. Y más en este centro, que cuenta con un enorme prestigio, sin lugar a duda, por sus insignes profesores», destaca.

«La inmensa yeguada que crearon los Omeyas en el siglo IX necesitó sin duda de una ingente cantidad de albéitares»

Antonio Arenas

Presidente del Colegio de Veterinarios

« La Facultad de Veterinaria y la ciudad de Córdoba tienen una relación esencial desde hace muchos años , pero la relación con la profesión veterinaria es mucho más larga», señala Arenas, quien apunta que «precisamente la Escuela se creó en nuestra ciudad gracias a esa ancestral relación. La inmensa yeguada que crearon los Omeyas en el S. IX necesitó sin duda de una ingente cantidad de albéitares que se encargaban de la salud de los más de 2.000 animales que pastaban en las cercanías de nuestra ciudad. Decir Córdoba es decir Veterinaria y viceversa».

Hospital Clínico de Veterinaria en el campus de Rabanales de la Universidad de Córdoba

Aportes científicos

Los hitos en el ámbito investigador de la Facultad de Veterinaria son innumerables , destacando los desarrollados en el área de Seguridad Alimentaria, Sanidad Animal, o la línea donde se estudian las nuevas medidas y técnicas de control de la tuberculosis. Así lo destaca Carmen Tarrada, doctora en Veterinaria.

«Actualmente, hay 34 grupos de investigación, 13 de ellos liderados por mujeres. Muchos de nuestros alumnos siguen la carrera docente con el doctorado, una media de 10 estudiantes al año completan estudios de doctorado y algunos se quedan en la universidad. En 2019 se concedieron 23 proyectos de investigación; además, entre 14 y 16 son de carácter internacional», apunta.

«Actualmente hay 34 grupos de investigación, 13 de ellos liderados por mujeres»

Carmen Tarrada

Doctora en Veterinaria

Otras de las áreas de investigación de Veterinaria que está reportando interesantes resultados es la que desarrolla el Grupo Hibro, sobre la evaluación cuantitativa de riesgos microbiológicos en alimentos. Amén de la relacionada con la reproducción equina (del puro raza español) y, en Sanidad Animal, destaca la que estudia las enfermedades transmisibles fundamentalmente entre animales pero también a las personas.

Precisamente, el encargado de este estudio dentro del GISAZ, el Grupo de Investigación en Sanidad Animal y Zoonosis, Ignacio García Bocanegra , ha sido incluido por la prestigiosa Universidad de Stanford en su ranking de mejores investigadores del mundo por distintas ramas. Su grupo trabaja en la actualidad en un proyecto que evalúa el papel de animales domésticos, perros, gatos y hurones en la transmisión del coronavirus.

La Facultad de Veterinaria, además, juega un papel muy activo en colaboración con distintas entidades: entre 2016 y 2019 suscribió un total de 242 contratos de investigación con farmacéuticas , colegios profesionales y administraciones públicas, entre otros.

La doctora Rodríguez Artiles dirige un equipode investigación en Veterinaria

Además de su potencialidad investigadora y en transferencia, Veterinaria destaca por participar en la creación de empresas de base tecnológica , como Animal Breeding Consulting, que se centra en un amplio rango de aspectos relacionados con la producción y genética animal; o BioVet-UCO, cuyo objeto social es la producción, distribución y comercialización de reactivos biológicos. Son logros que demuestran cómo Veterinaria, tras 175 años, aporta además un valor económico a la ciudad.

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