DEMOGRAFÍA
Los expertos analizan los efectos de la vejez en Córdoba
Una psiquiatra y un sociólogo descifran las claves del envejecimiento y cómo afrontarlo
Apartir de los 60 años de edad , el cerebro pierde de dos a tres gramos de materia cada año, un proceso degenerativo que puede causar algunos de los problemas que más temen las personas mayores , como la pérdida de memoria. Para la neuropsiquiatra del centro privado cordobés Menteágil Sandra Nogueras , «estas modificaciones pueden ser influyentes para que aparezcan cambios en las funciones mentales, aunque no ocurre en todas las personas». Hay también factores de riesgo, que la doctora enumera: diabetes, tabaquismo, hipertensión, colesterol, obesidad, depresión, falta de ejercicio físico, bajo nivel educativo o ausencia de actividades estimulantes.
Para evitar esos problemas, Nogueras defiende lo que ha dado en llamarse el envejecimiento activo, que define como «el proceso de optimización de las oportunidades de salud, participación y seguridad, con el objetivo de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen, siendo esto cada vez más importante ya que la esperanza de vida se eleva gradualmente y aumenta el segmento de población de mayor edad».
Y es que la vez no tiene por qué llevar aparejada un deterioro de la memoria, lo que más preocupa a los pacientes que llegan a Menteágil , dice la doctora. Por eso la neuropsiquiatra aboga por la estimulación cognitiva, pero también por «el fomento del trabajo en equipo promoviendo así la creación de vínculos sociales entre nuestros usuarios». También insiste en consejos que son válidos para cualquier edad: «Hacer ejercicio, llevar una dieta equilibrada, cuidar las relaciones sociales y mantener una mente activa».
Sociología
Otra forma de acercarse a la vejez para comprenderla es desde la sociología. Eduardo Moyano, sociólogo investigador del IESA , explica que el envejecimiento de la población es un fenómeno de las sociedades desarrolladas con más de 30 años de antigüedad, asociado al declive demográfico. Por eso, «es un problema cultural», puesto que las generaciones que hoy son padres optaron por tener pocos hijos», pero es que «las generaciones de ahora ni siquiera se lo plantean». Así las cosas, mientras no aumenten las tasas de natalidad no podrá corregirse el problema del envejecimiento de la población.
La solución obvia sería, apunta Moyano , animar a los jóvenes a tener más hijos. Pero hay alternativas poco exploradas. Por ejemplo, «transformar el envejecimiento en una oportunidad». De un lado, explica el profesor, los mayores con buena salud «son una fuente de ocio y de consumo que puede aprovecharse ofertando bienes y servicios adaptados a ese segmento». Y a quienes padecen los «achaques», «se les debe proteger con programas de asistencia», que también son una fuente de recursos.
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