LA CLAVE

Un experimento obligado con resultado esperanzador

El Córdoba, con 0-2 en contra ante el Lugo, decide dar un paso al frente y asumir al fin protagonismo con el balón

Caballero trata de zafarse de dos rivales del Lugo VALERIO MERINO

J. M. D.

El Córdoba, después de cuatro derrotas consecutivas en casa, se encuentra perdido. Quien debería ejercer como timonel desde el banquillo no encuentra el rumbo para enderezar la nave. ¿Lo ha probado todo José Luis Oltra? Los cambios de sistema han traído en pleno mes de marzo aire de pretemporada a los trascendentales choques ligueros de los blanquiverdes. ¿Pero qué variaba en el equipo más allá del dibujo táctico? Hasta el descanso del duelo ante el Lugo, nada.

Poco ha importado desde el comienzo de curso que arriba jugasen uno o dos delanteros, que en la medular hubiese cuatro o cinco hombres, o que la retaguardia estuviese compuesta por tres o cuatro zagueros. Porque el Córdoba se limitaba a dejar el balón a su rival y a esperar sus errores. Asumía una responsabilidad con el balón muy por debajo del mínimo exigible a un candidato al ascenso y se encomendaba a las genialidades de los Florin, Fidel y compañía. Un juego pobre que, de no ser por el talento de las estrellas, apenas daría para luchar por la salvación.

Pero, 28 jornadas y media después, obligado por un 0-2 en contra y exigido por un público hastiado, a Oltra se le ocurrió convertir a sus hombres en protagonistas. Quiso el cuero el Córdoba por primera vez en meses. No le quedaba otra, pues el Lugo ya sólo tenía que preocuparse de mantener su merecida renta. El toque de corneta sonó al descanso con la entrada de Moha por Luso y el paso del 3-5-2 al 3-4-3 .

De poco hubiese servido el nuevo dibujo. Ya ha demostrado el Córdoba que también es posible ofrecer un fútbol ramplón con un esquema teóricamente ofensivo. Lo imporante, sin embargo, en el último experimento de Oltra, fue que, al fin, las piezas encajaron y jugaron a algo que sí podía calificarse como fútbol.

Resulta curioso que, en teoría, con un hombre menos en el centro del campo, tuviese mucha más presencia el Córdoba en la segunda mitad que en el primer tiempo. Eddy y Caballero se hicieron dueños de la sala de máquinas. El vallecano pidió el esférico y lo repartió siempre con criterio. Y, a estas alturas de la película, por triste que resulte, eso es noticia en el Córdoba. Que un futbolista profesional quiera tener la pelota y disfrute creando juego es algo que al aficionado de El Arcángel quizá le cueste recordar.

Aunque los futbolistas blanquiverdes evidenciaron durante tres cuartos de hora ante el Lugo que están capacitados para hacerlo. Caballero, Abel, Pedro Ríos, Xisco... Todos ellos, junto a otros como Fidel o López Silva, han dado muestras de poder servir mejor a la causa del ascenso con la pelota como aliada . Y, pese a que Florin haya convertido auténticas piedras en balones de gol, a nadie debería sorprender que el promedio goleador del rumano incluso mejorase si sus compañeros le entregasen de vez en cuando pases con cierta ventaja.

La revolución no cumplió su objetivo inmediato: el Córdoba no remontó el 0-2 de Lugo. Pero posiblemente sentó ante el conjunto gallego las bases para cumplir el que se propuso en verano: subir a Primera. Oltra no saldrá de inicio con un 3-4-3 en ningún partido; el dibujo táctico quedará en anécdota. Sólo es algo superficial. La esencia del equipo son sus actitudes. Y el entrenador debió tomar nota de los resultados de un experimento revelador . ¿Habrá supuesto la segunda parte del Córdoba-Lugo el principio del fin del patadón a seguir?

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