Juicio al exregidor de la ELA
El exalcalde de Algallarín (PSOE) admite que «gratificó» a voluntarios para «ayudarles» en plena crisis
La sucesora de Juan Molina (PSOE), acusado de malversación y prevaricación, tilda de auténtico «caos» su contabilidad
El fiscal pide cárcel para el exalcalde socialista de Algallarín (Córdoba) por malversación
El exalcalde de Algallarín , Juan Molina (PSOE), asumió este miércoles toda la responsabilidad de las decisiones como alcalde entre los años 1999 y 2011, pero sin conciencia de haber hecho algo fuera de la ley, en el juicio celebrado contra él y su tesorero F.A.P. (entre los años 2007-2011) acusados de presunta malversación de caudales públicos y prevaricación en la sección Tercera de la Audiencia Provincial de Córdoba.
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El exalcalde, que se enfrenta a 5 años y medio de cárcel e inhabilitación, respondió a preguntas de la Fiscalía durante más de una hora con el convencimiento de que la mayor parte de las acusaciones vertidas son porque no se conocen los justificantes de esos gastos o de los presupuestos aprobados en Pleno.
Críticas de su sucesora en Sala
Molina denunció en la sala la falta de colaboración del Ayuntamiento de Adamuz en esa época y de su sucesora en el cargo en Algallarín Encarnación Jiménez , quien no ha facilitado documentación requerida por él, tal y como aclaró en la sesión.
De hecho, la presidenta actual de la ELA de Algallarín, también del PSOE, ha declarado ante el tribunal que lo que se encontró al llegar al Ayuntamiento de Algallarin fue « un caos en la contabilidad del Ayuntamiento y que fue preciso contratar a una secretaria /interventora para intentar poner orden en ese desaguisado , del que aún hay asuntos judiciales con proveedores en los juzgados».
Jiménez ha declarado en la sala que al llegar a la Alcaldía «las arcas estaban prácticamente vacías y había cargos de una tarjeta de crédito e impagos con varias administraciones como la Seguridad Social, la Diputación, Hacienda o la Junta de Andalucía, además de a empresas».
En cambio, Molina ha negado en todo momento que actuara fuera de la ley e insistió en que todo lo que hizo «fue pensando en el bien del pueblo» . El exalcalde socialista quiso dar su versión sobre el uso de una tarjeta de crédito con cargo al Ayuntamiento de Algallarín y declaró ante el tribunal que la utilizaba «para comprar cosas para el pueblo que no había en este municipio de apenas 600 habitantes, como las 15 latas de macedonia en el Carrefour para una cena de los mayores y él mismo iba al supermercado y allí pagaba con eso».
La culpa, «de Adamuz»
El exalcalde ha admitido que todos los pagos que realizó tras su derrota electoral en el mes de junio de 2011 y sin la firma de un secretario -sólo tenía dos de las tres firmas o claveros necesarias por ley- «eran pagos de atrasos o de subidas salariales que no se habían materializado antes tanto a él como a su tesorero, al que le había subido el sueldo meses atrás y no lo había materializado aún».
Molina quiso ir más allá en sus explicaciones en Sala y recordó que « incluso para que pudieran celebrar la feria del pueblo, ante la falta de recursos municipales en ese momento por culpa de Adamuz, decidieron no cobrar sus nóminas y dedicarlo al montaje de la feria». De esta forma se acumularon los abonos - más de 40.000 euros en salarios - tras perder las elecciones antes de abandonar el Consistorio.
Voluntarios no pagados, sino «gratificados»
El exregidor socialista tampoco admitió errores a la hora de pagar a los voluntarios, que debían hacer labores altruistas . «No es que le pagáramos, sino que les gratificamos porque realizaban una labor estupenda como monitores de deporte , en la biblioteca o con el medio ambiente; nos ayudaron a embellecer Algallarín en plena crisis económica y así además podíamos ayudarles porque muchos habían perdido sus trabajos al cerrar sus empresas», ha explicado en la vista que continúa mañana.
Un extremo que ha confirmado en su declaración el tesorero, quien a preguntas del fiscal admitió que « a los voluntarios sí se les pagaba y yo firmaba los cheques por lo que hacían », para luego rectificar y aclarar que «era para gratificarles». En cualquier caso, el t esorero ha asegurado ante el tribunal que «las decisiones las tomaba el alcalde yo firmaba confiado en que era todo legal».