Agricultura

El etiquetado y las barreras comerciales amenazan la salud del campo de Córdoba

El sistema Nutri-Score y las decisiones de Biden lastran las opciones de futuro

Cortadores de jamón de los Pedroches Rafael Carmona

Pablo Cruz

Resulta llamativo que el sector primario, que jugó un papel fundamental durante el primer estado de alarma que se decretó para hacer frente al Covid-19 garantizando el abastecimiento de alimentos a la población, se encuentre actualmente amenazado por distintos factores que han surgido en un corto espacio de tiempo. ABC analiza los efectos sobre la actividad agroalimentaria cordobesa de las dudas sobre las cualidades saludables del aceite de oliva y el jamón ibérico vertidas por el Nutri-Score , instrumento impulsado por el Ministerio de Consumo , junto con aspectos como los aranceles impuestos por Estados Unidos, la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), la caída del canal Horeca (hostelería, restauración y catering) debido a las restricciones derivadas de la crisis sanitaria o la competencia desleal practicada por países de fuera de la zona comunitaria.

Fue durante el mes de diciembre cuando saltaron todas las alarmas en el sector oleícola cuando se daba a conocer que el sistema de etiquetado, conocido como Nutri-Score, colocaba al aceite de oliva en mismo nivel de calidad nutricional que el aceite de colza. Las protestas que se generaron provocaron que el departamento encabezado por Alberto Garzón (Unidas Podemos) rectificara en su calificación. La gerente de la Asociación Provincial de Almazaras Industriales (Acora), Macarena Sánchez, consideró que «una herramienta como esta que no facilita al consumidor una información correcta de los alimentos no resulta válida» para el usuario.

En su opinión, la retirada del ‘oro líquido’ de Nutri-Score es «un primer paso para continuar trabajando en una correcta clasificación del aceite de oliva». Sin embargo, alertó de que este cambio de opinión del Gobierno español «no implica que lo hayan hecho otros países de la UE, en donde el consumo podría verse afectado negativamente». Desde Acora sí manifiestan una mayor preocupación con los aranceles a productos como el aceite aprobadas por la Administración Trump y que, frente a lo que se pensaba, ha mantenido el nuevo presidente, el demócrata Joe Biden , al menos, por ahora. «Se trata de un grave perjuicio para España que nos está penalizando desde octubre de 2019 y que supone un agravio comparativo con respecto a otros países europeos que no se les aplica estos gravámenes, como es el caso de Italia, Portugal o Grecia», resalta Sánchez, quien, no obstante, manifiesta su esperanza de que en el medio o largo plazo estas tasas terminen por desaparecer.

Esta representante de las almazaras cordobesas lamentó que «el impacto del cierre de la hostelería en nuestra actividad sigue siendo tan negativo como al inicio de la pandemia, un aspecto que difícilmente se puede compensar en el mercado interior con un sensible aumento del consumo de aceite de oliva en los hogares». Por otro lado, en su opinión, la entrada de producciones de otros mercados «nos perjudica seriamente al no poder competir con ellos en igualdad de condiciones».

La situación es igualmente complicada para el sector del jamón ibérico. El presidente de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Los Pedroches , Antonio Jesús Torralbo, fue claro al señalar que «estamos sufriendo una tormenta perfecta». La consideración del jamón ibérico como un alimento poco saludable por el semáforo Nutri-Score es calificado por este dirigente como «un disparate», ya que «esta herramienta se olvida de las múltiples propiedades de este producto, como son su alto contenido en proteínas, minerales y grasas no saturadas».

En el caso de este sector, los aranceles que sufren de Estados Unidos alcanzan un 25 por ciento, mientras que, en los que se refiere al Brexit , Torralbo reconoció que hay «una gran incertidumbre» entre los productores sobre el futuro de las exportaciones a Gran Bretaña . Las primeras consecuencias del ‘goodbye’ británico a la UE, según afirmó, han sido incrementos de costes en los trámites aduaneros y en el transporte marítimo. Asimismo, el máximo responsable de la DOP Los Pedroches indicó que la paralización del canal horeca por la pandemia «ha sido la puntilla para nuestro sector, aunque en nuestro caso la caída de las ventas no ha sido tan grande como se esperaba».

Una situación muy similar es la que ha vivido la actividad vitivinícola, que se ha visto duramente sacudida por las restricciones a bares y restaurantes y la suspensión de eventos y fiestas tradicionales. El secretario general de la DOP Montilla-Moriles , Enrique Garrido, aseguró que «los peores momentos fueron al principio de la pandemia porque no sabíamos a qué nos enfrentábamos». Las primeras estimaciones entonces situaban el descenso de las ventas entre un 25 y un 35 por ciento. Finalmente, esas pérdidas se han quedado en un 12 por ciento gracias al buen comportamiento de la distribución. Como un jarro de agua fría se ha recibido en las bodegas y en las cooperativas el mantenimiento de los aranceles norteamericanos a pesar del cambio de inquilino en la Casa Blanca, aunque Garrido mostró su esperanza en que esta situación cambie pronto. Otros factores, como es el caso del Brexit, han tenido un aspecto positivo, según este dirigente, que detalló que «muchos ingleses, por la incertidumbre que había hasta que firmó el acuerdo a final de año entre Londres y Bruselas, compraron una gran cantidad de nuestro vino».

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