EDUCACIÓN
Un estudiante de Derecho se salta «la ley» usando pinganillo
El decano de la Facultad de Córdoba advierte a los profesores de una denuncia sobre un alumno que copia en los exámenes
![Alumnos listos para hacer un examen en la Universidad de Córdoba](https://s1.abcstatics.com/media/andalucia/2017/03/05/s/cordoba-derecho-examen-kw4E--620x349@abc.jpg)
Que en la Facultad de Derecho hay fantasmas es algo más que repetido. Los mayores expertos del país en el mundo de lo paranormal han hecho parada en el antiguo convento y hospital para grabar psicofonías y apariciones . Sin embargo, y pese al escepticismo que el mundo esotérico puede despertar en la mayoría de la población, una carta que circula estos días por los despachos de los docentes viene a corroborar que, en efecto, en Derecho puede haber fantasmas. Pero de carne y hueso. De los que presumen de buenas notas tras copiar en los exámenes .
La fullería, esa práctica tan nacional, herencia de la picaresca española del Lazarillo, es uno de los molinos contra los que tiene que luchar el Quijote de la Educación en cualquiera de sus niveles de enseñanza. Desde la inocente «chuleta» con las tablas de multiplicar hasta triquiñuelas sofisticadas que demuestran un ingenio digno de Da Vinci y que las nuevas tecnologías hacen cada vez más difícil de detectar, algo que trae de cabeza a los profesores y a los alumnos honestos que sí se esfuerzan en estudiar para sus pruebas.
Esta semana, el decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Córdoba ha enviado un email a los profesores que imparten docencia en el cuarto curso del Grado de Derecho para advertirles sobre una denuncia que ha llegado al Decanato. En ella se informa a las autoridades académicas de que un alumno usa reiteradamente un «pinganillo» para realizar sus exámenes. El decano pide a los profesores que estén alerta para que en las próximas pruebas se impida al alumno llevar a cabo « esta práctica tan lamentable ».
La denuncia ha llegado a las altas instancias a través de un alumno que prefiere no revelar su identidad. En ella, manifiesta bajo juramento que un alumno del cuarto grado de Derecho lleva años aprobando a costa del «pinganillo» , algo que corroboran también sus compañeros de clase. Ha dado el paso porque nadie se atrevía. El decano ha dado credibilidad a su denuncia, y prueba de ello es que se ha apresurado a poner al corriente a los profesores que deben examinarle .
La de copiar en el examen es una práctica prohibida en cualquier centro educativo que se precie, pero la situación es más sangrante aún cuando el alumno que presuntamente elude las reglas más básicas de la Universidad aspira a convertirse en abogado, fiscal, juez o inspector de Hacienda: u n tramposo encargado de impartir Justicia .