CONCURSO DE ABC Y EL CABILDO

"El secreto de la Gran Mezquita", el relato ganador del II Premio de Narrativa Escolar Mezquita-Catedral

Manuel Delgado, alumno de tercero de ESO del Colegio de la Compañía de María de Puente Genil, fue el vencedor

Una turista fotografía la Mezquita-Catedral de Córdoba Valerio Merino

Manuel Delgado Rivas

«El secreto de la Gran Mezquita» , de Manuel Delgado Rivas (alumno de tercero de la ESO en el Colegio de la compañía de María de Puente Genil), ha sido el ganador del II Premio de Narrativa Escolar Mezquita-Catedral, que organizan ABC Córdoba y el Cabildo Catedral de Córdoba . En esta información tienes oportunidad de leer el relato ganador:

Me llamo Abu Al-Walid Hisham Al-Rida , para mis amigos y hermanos, Hixam . Como muchos otros días, tras seguir el laberinto de las calles de mi ciudad, he venido a ver las obras de la gran Mezquita que mi padre , el emir Abderramán I construye .

Manuel Delgado recibe el primer premio de manos del deán de la Mezquita-Catedral Valerio Merino

Los obreros , la mayor parte de ellos esclavos capturados en guerras contra los cristianos del norte y otros venidos de las rebeliones de Al-Andalus, trabajan día y noche . Llevan a sus espaldas multitud de cestos cargados de piedra para las columnas y capiteles que proceden de toda Córdoba. Mi padre dice que ya es hora de demostrar el poder de nuestra familia y construir un lugar digno para el gran profeta de nuestra nueva vida.

Siempre me cuenta cómo logró escapar de la matanza que los enemigos de su familia hicieron en Damasco y cómo, gracias a la ayuda de los beréberes del norte de África, a una de cuyas tribus pertenecía su madre, consiguió llegar cinco años más tarde a esta Península de Iberia , donde contaba con amigos que lo protegerían. Era alto, rubio, tuerto y tenía un gran lunar en el rostro, llevaba los cabellos con dos tirabuzones muy característicos.

Aquel día , sin embargo, me cogió de la mano y me apartó hacia un rincón del salón del trono y me dijo: - Hixam , hijo, tú serás mi sucesor y por eso te contaré este secreto . Según nuestra fe, la quibla o muro hacia el que todos los fieles que vengan a rezar deben dirigir sus oraciones, debe estar orientado hacia La Meca , pero, la de esta gran Mezquita no lo estará, desviaremos su orientación .

Quedé muy sorprendido por lo que me decía, ¿podría el gran emir desafiar las palabras del profeta? ¿Acaso existía un lugar más sagrado y oculto al que dirigir nuestras oraciones? ¿No era La Meca el lugar más santo del Islam, el lugar donde había nacido el profeta? Y, ¿por qué mi padre me contaba aquello?

-Querido hijo -me dijo-, tú no lo ves, pero este sitio es un lugar sagrado . Antes que nosotros, otros hombres rezaron aquí a sus dioses. Bajo las losas de este suelo que ahora pisamos hubo antes una iglesia dedicada a un hombre santo de los cristianos, San Vicente Mártir, y antes, cuentan los sabios antiguos, un templo dedicado a un dios romano llamado Jano.

Me explicó que sus arquitectos seguirían la orientación de las antiguas construcciones que se encontraban debajo de la Gran Mezquita que construíamos, pues respetaríamos las costumbres sagradas de aquel lugar. Y lo que era más importante, demostraríamos el poder de nuestra familia, vengando la muerte de muchos de ellos, crearíamos un gran imperio y seríamos los guardianes del Islam en occidente.

- No lo olvides Hixam -concluyó- cuando oigas la llamada a la oración desde el minarete que como sucesor de mi padre acabo de construir.

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