Coronavirus Córdoba
«Estaremos listos para el comienzo del curso»
ABC relata cómo dos centros educativos, La Aduana y el IES Averroes, avanzan en sus obras para protegerse del Covid
ABC Córdoba ha visitado dos centros de la capital para comprobar de primera mano las reformas que están siendo necesarias realizar para adaptarse a la «nueva normalidad» y con ello minimizar todo lo posible el riesgo de contagio por Covid-19 : La Aduana y el Instituto de Educación Secundaria (IES) Averroes . Ambos centros están inmersos en una carrera contra el tiempo, pero Francisco Valverde, encargado de mantenimiento del IES, despeja las dudas y asegura que, salvo catástrofe, «estaremos listos para el comienzo del curso».
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Y es que, como todos los veranos, los colegios de Córdoba han aprovechado las vacaciones y la ausencia de alumnos para realizar las actuaciones de adaptación y mejora que, en esta ocasión, han sido de más envergadura que en cursos anteriores. Un caso singular es la residencia La Aduana en Córdoba capital, un internado en el que los alumnos tienen que convivir, a diferencia de lo que ocurre en un colegio, durante las 24 horas del día. Allí duermen, comen, reciben atención educativa y comparten momentos con sus compañeros un total de 243 alumnos de diferentes cursos.
Los internos de La Aduana van a 38 colegios adscritos diferentes, según explica el director del centro, Andrés Ángel González. Del día a día de los jóvenes se encargan 11 educadores y 10 monitores de noche, además del personal de cocina propio (no es una contratación externa) en doble turno, el de limpieza, mantenimiento y administración. La Aduana es casi una sociedad en sí misma, un centro educativo «muy diferente a un colegio», como relata su director.
La primera diferencia es que «aquí convivimos 24 horas al día y tenemos que prever más cosas» para evitar los contagios . Pero además, indica González, se trata de una comunidad con sus propios problemas añadidos, ya que los alumnos proceden de familias desestructuradas , con escasos recursos económicos o de un mundo rural sin acceso a la escuela. Por eso, «nuestro trabajo es sobre todo asistencial», relata el director. Aún tiene en mente lo que ocurrió durante el confinamiento, cuando los chicos «llevaron mal la gestión del estrés y la ansiedad. Ahí hicimos una labor muy importante».
«En La Aduana convivimos 24 horas al día y tenemos que prever más cosas que en un colegio normal»
Hay varios momentos del día en el que coinciden todos los internos de La Aduana con algunos alumnos de otros colegios como el cercano Tirso de Molina (la residencia está justo enfrente, en los antiguos Colegios Provinciales). Ocurre a la hora de comer, ya sea el desayuno, el almuerzo o la cena. Por eso, la dirección del centro ha decidido organizar la convivencia a partir del comedor. El espacio está dividido en dos grandes áreas y a su vez están delimitadas las áreas asignadas a cada uno de los grupos de convivencia, que sólo se relacionan entre sí. Ésas son las fronteras que ha tenido que dibujar La Aduana para evitar la expansión de la pandemia .
«Lo más complejo ha sido el comedor, pero lo hemos solucionado», se ufana el director. Los internos deben estar siempre con mascarilla salvo para comer, y no pueden salir de su zona asignada; hay puestos diferenciados para los monitores y recorridos diferentes de entrada y salida, además del gel hidroalcohólico por todo el centro.
Unidades de convivencia
Los 243 alumnos están divididos en seis «unidades de convivencia», burbujas sociales con una relación mínima hacia el exterior. La Aduana ha distribuido a sus alumnos por criterios de tutoría y edad, de forma que cada uno de estos grupos mantengan una cierta afinidad y homogeneidad, dentro de lo que cabe. Cada grupo tiene asignado un color marcado en el suelo del comedor, para saber dónde tiene que sentarse.
González contempla también la opción de que se imponga a los alumnos un escenario de enseñanza semipresencial , en la que una parte de las clases tenga que impartirse online. En ese caso, se han desarrollado protocolos para aprovechar al máximo los espacios y el tiempo de trabajo, por ejemplo, mediante códigos que permiten saber si un dormitorio está ocupado (algo parecido a los hoteles) o si una sala en concreto lleva vacía varios días y por tanto no es necesario desinfectarla.
La Aduana ha habilitado incluso un dormitorio Covid , una habitación en la que un alumno que presente síntomas podrá estar aislado de los demás compañeros mientras las autoridades sanitarias realizan la evaluación médica necesaria. Todo con el fin de maximizar la seguridad en un centro educativo diferente a los demás.
Se ha habilitado un «dormitorio covid» para aislar al alumnado en caso de contagio
Al igual que sucede con La Aduana el resto de centros escolares de Córdoba también requieren de reformas para cumplir con los protocolos de Covid-19. Aunque en su caso estas obras no conlleven tantos cambios, puesto que los alumnos no pasan más del tiempo necesario en las aulas.
El IES Averroes se renueva
Es el caso del IES Averroes, en el Sector Sur, donde el pasado jueves comenzaron una serie de reformas enfocadas a facilitar el distanciamiento social de los estudiantes y reducir el riesgo de contagio dentro del centro.
La amplia oferta educativa que tiene supone un factor de riesgo, al aglutinar durante el día a alumnos de ESO, Bachillerato, Formación Profesional Básica y FP Superior, que son sustituidos a la noche por los estudiantes de Educación para Adultos .
Las obras en este centro afectan a la transformación de la entrada principal, que ahora dispondrá de dos puertas separadas por las que accederán los alumnos al instituto, y que «serán distintas de la que empleará el personal docente», explica Francisco Valverde, encargado de mantenimiento.
Esta medida permitirá tener dos circuitos diferenciados para los alumnos, quienes también dispondrán de un nuevo baño que se prevé levantar en los próximos días, además de otro baño totalmente renovado.
Desde el centro también se está aprovechando para realizar otras obras de adaptación y renovación, que poco tienen que ver con los protocolos del Covid-19 para el próximo curso escolar, pero que son muy necesarias para el correcto desarrollo del día a día de los alumnos. Por ello, además de las reformas de la entrada principal y de los baños, el IES Averroes tiene que afrontar la reparación de varios desperfectos que se produjeron a lo largo del pasado curso escolar, o volver a pintar varios tramos de los pasillos.
Todas estas reformas , cuyo coste asciende a 25.000 euros que proceden de la Junta, están previsto que finalicen antes del comienzo del curso escolar , que en el IES Averroes tendrá lugar el próximo 15 de septiembre.