Cazar en Córdoba
«Estamos indefensos ante el animalismo»
El presidente de Arrecal, Felipe Vegue, explica las claves de la actividad de las rehalas
Arrecal es la organización andaluza que agrupa a los propietarios de rehalas . Su presidente es Felipe Vegue , quien reclama que la actividad sea respetada tanto por las administraciones como por lo que considera que es una agresión de los grupos animalistas.
—¿Cómo surge Arrecal?
—Arrecal surge para dar una respuesta a las distintas autonomías y al carácter que cada una tenía a la hora de elaborar determinados reglamentos. Había una necesidad real de defenderse de tantas imposiciones que afectaban al mundo de la rehala. Surgió hace unos nueve años en Castilla y León y fue concretamente porque nos metieron al mundo rehalero como animales de producción y como tal teníamos que estar sujetos a una serie de reglas. Estábamos indefensos.
—¿Hay unanimidad en la legislación?
—No. Las autonomías siguen siendo reino de taifas, donde cada una de ellas dispone e interpreta las leyes, no a su libre albedrío, sino tal y como les interesa.
—¿Cuál es la región más avanzada o el modelo a seguir?
—No se trata de que una región, por tener más leyes, sea más avanzada. Todo lo contrario. El mundo animalista obliga al político a diseñar leyes sobre protección de animales, que los humanicen, los ponen al mismo nivel que la raza humana. Eso está haciendo que a todo el mundo que trabaja con animales, como es el de la rehala, se vea indefenso a apetencias que nada tiene que ver con la realidad. Si una región tiene más presión o está dentro de los llamados gobiernos progresistas pues lógicamente tendrá más prisa en hacer caso a este tipo de partidos que tienen en su ideario transformar el mundo animal en pura utopóa.
—¿Se ha normalizado la situación con Trabajo y la Seguridad Social?
—Sí. Tuvimos en su día un compromiso. Interpretamos muy bien los tiempos, tanto la Asociación Nacional de Reahalas como nosotros Arrecal y con ayuda del sector cinegético forzamos a Trabajo y a Seguridad Social a modificar una disposición que no tenía forma de por dónde cogerla. La caza es una pasión, sí. Y debíamos tener obligaciones fiscales, jurídicas y documentales como cualquier otra actividad. Pero es que nosotros ya las cumplimos. Nuestros perros cumplen perfectamente las reglas sanitarias como autonómicas. Y desde luego, con la Seguridad Social llegamos a un acuerdo de que esas reglas se fijaban en el salario mínimo interprofesional por parte de los rehaleros.
—¿Comparte el concepto de rehala deportiva?
—Hay que saber interpretar la tradición, la ética y la historia. La montería española, como no cumpla con su tradición ni practique sus reglas tanto en el aspecto más lúdico como en el deportivo, estará perdida. Y perderemos también la posibilidad real de defendernos de tantas agresiones
—¿Con lo cual es un deporte?
—Por supuesto. La caza es un deporte. Por mucho que se empeñen en decir lo contrario. Porque habrá muchos que se empeñen en prostituir esta actividad, incluso muchos acólitos nuestros estarán dispuestos a aceptar otras normas que no son las esenciales. Los animales tienen que tener su defensa y su forma de vida y nosotros los únicos que hacemos es cerrar un ciclo, un ciclo vital. Los animales, muchos ellos, nacieron para ser presas y nosotros estamos en la cúspide de la pirámide.