Mirar y ver

Estado de alarma

Debemos ir perdiendo aún el miedo a que se contagien los que amamos o ser causa de contagio

La plaza de la Corredera vacía tras el toque de queda durante el estado de alarma Valerio Merino
María Amor Martín

María Amor Martín

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La expresión ‘estado de alarma’ salió del ámbito jurídico, para instalarse en la cotidianidad. Denomina, como bien hemos aprendido, la situación extraordinaria declarada por el Gobierno, mediante Decreto de Consejo de Ministros, cuando se producen alteraciones de la normalidad por catástrofes, calamidades o crisis sanitarias. El último estado de alarma fue decretado el pasado día 25 de octubre y prorrogado hasta el próximo nueve de mayo. Pedro Sánchez repite que no habrá más prórrogas, ya veremos.

Juanma Moreno y otros responsables regionales le recriminan no tener previsto un marco que ampare las decisiones que tuvieran que adoptar por la marcha de la pandemia. En Córdoba , José María Bellido —con buen criterio— pide al Gobierno central que prepare para esa fecha medidas alternativas de control y dote de herramientas para ello a los ayuntamientos . De momento nos alegramos de la autorización de movilidad interprovincial y de la ampliación del horario del comercio y de las actividades de la hostelería y la restauración. Estas medidas supondrán cierto alivio para los sectores más castigados.

Pero también, hay otras significaciones de ‘estado de alarma ’ que perdurarán pase lo que pase a partir del día nueve. ‘Estado’ es situación en que se encuentra alguien o algo y ‘alarma’ una señal de peligro o el miedo y la inquietud por algún riesgo o mal que sucede. La circunstancia sanitaria ha generado que vivamos en una alerta mantenida . Por ello, habrá que seguir combatiendo el estado de alarma del miedo a contagiarse, o peor aún del miedo a que se contagien los que amamos o ser causa de contagio; el estado de alarma provocado por irresponsables que piensan que son invencibles, que esto no va con ellos y que ponen en peligro a los demás; el estado de alarma de la incertidumbre de desconocer cuándo volveremos a la normalidad; el estado de alarma de una economía amenazada, los muchos negocios cerrados o mermados, de los trabajos perdidos; el estado de alarma del aumento de la pobreza, de la falta de vivienda , de que no lleguen las vacunas a los países más necesitados.

Florece mayo en Córdoba, primavera y esperanza.

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