La estacionalidad ya no es el gran problema del turismo en Córdoba: la temporada baja gana peso

Cuando se habla de los retos del sector turístico de Córdoba suele ponerse sobre la mesa la urgencia de combatir la estacionalidad , muy ligada al renombre mundial adquirido por el «Mayo Cordobés» y sus fiestas satélite. Sin embargo, el informe elaborado por la consultora Christie&Co revela que la concentración de los turistas en una determinada época del año ya no es el peor problema al que se enfrenta la capital. De hecho, Córdoba registra uno de los mejores datos de España en cuanto al reparto de estancias a lo largo del año.

En concreto, el estudio revela que la dependencia de Córdoba de su temporada alta es relativamente baja. Un 38,6 por ciento de las pernoctaciones de 2018 se realizaron en los meses grandes del turismo cordobés, que la consultora identifica con la primavera -de marzo a junio y sobre todo en mayo, cuando los turistas saturan las estrechas calles del Casco para visitar sus patios- y el mes de octubre , un aliado de los destinos de interior. El resto se reparte entre la temporada media (33,1 por ciento) y los meses tradicionalmente considerados «flojos» para la industria turística, que el año pasado aglutinaron sin embargo el 28,3 por ciento de las pernoctaciones.

El dato es muy positivo si se compara con otras provincias. De las 14 capitales estudiadas, solo Madrid y Sevilla pueden presumir de un comportamiento turístico en temporada baja mejor que el de Córdoba , que comparte posición con Granada en este capítulo. Además, la variación desde 2014 revela un descenso del 2,4 por ciento del índice de estacionalidad, lo que apunta a una tendencia que puede haber venido auspiciada por los esfuerzos realizados por parte del sector público y privado para hacer atractiva la capital cordobesa a lo largo de todo el año mediante diversas iniciativas culturales y turísticas .