Tribuna libre
La España vacía y la comarca de la subbética cordobesa
La protección ambiental se ha sacralizado hasta convertirla en un alarmante motivo para el desarraigo de la población
![Subbética cordobesa](https://s3.abcstatics.com/media/andalucia/2019/05/20/s/subbetica-cordobesa-carmona-kpUG--1248x698@abc.jpg)
«La España vacía» es un «best seller» de Sergio del Molino de gran éxito, escrito sobre un tema que, por su enorme actualidad y basada en una realidad histórica , ha captado la atención de múltiples lectores ensimismados con una visión testimonial desde la perspectiva de una generación y del tiempo que le tocó vivir. Más allá de divagaciones y especulaciones, el autor muestra con realismo una verdad incontestable: España es un país deshabitado, en concreto el menos poblado de Europa, donde se pasa bruscamente de las grandes metrópolis y de las periferias residenciales a los paisajes más inhóspitos y desérticos .
Ese éxito editorial ha sido aprovechado, cómo no, por los políticos, tan oportunistas para buscar rédito electoral como olvidadizos cuando toca cumplir con lo prometido. Y hay una España vacía que se hunde en nuestra memoria secular, tal como muestra el autor en su visita a Las Hurdes, Los Monegros o Puerto Hurraco . Pero hay otra España en trance de vaciarse, que es a la que la accion politica debe dirigirse y que representa prácticamente la mitad del territorio nacional.
La preocupación por el medio ambiente, el desarrollo rural, el cambio climático, la biodiversidad y otros temas en torno al grave problema de la despoblación son tan antiguos como la verborrea de la clase política para abordarlos . Al final, los lugareños afectados ven que todo termina con la palabrería al uso abriendo primeras páginas de prensa, radio y televisión, junto a eventos, ceremonias y algún que otro enchufe para los más espabilados. Desde 1972 en que se celebró la primera Cumbre de la Tierra en Estocolmo, hasta la última conocida como Cumbre Río+20 celebrada en Brasil en 2012, los jefes de Estado y de Gobierno expresan sus inquietudes y dicen ufanarse en un futuro sostenible, mientras las zonas, como la España vacía, se preguntan si tendrán un futuro humanamente aceptable.
Una de las comarcas que debiera ver su futuro despejado, si las promesas de los políticos fueran ciertas, es la Subbetica cordobesa . Convertida en parque natural con los mejores auspicios para su desarrollo, lo cierto es que sus habitantes han sufrido todo tipo de limitaciones en sus derechos dominicales en aras de un medio ambiente sacralizado hasta la náusea. Aquellos fines pretendidos de mejora de la calidad de vida y del arraigo no se compadecen con la creciente despoblación que, de proseguir con los alarmantes índices actuales, afectarán a la identidad de sus núcleos más emblemáticos.
Paradigmático de lo dicho en esta comarca es el sector olivarero el cual ha conseguido, con los aceites de oliva virgen, un prestigio y consideración de altísimo nivel reconocido internacionalmente . Sin embargo, este sector corre graves riesgos de subsistir ante la enorme competencia de olivares intensivos en explotaciones modernas de regadío que, además, no tienen ninguna limitación por no afectarles el rigor proteccionista medioambiental de los parques naturales.
La Política Agraria Común (PAC) , en su regulación actual del llamado «pago único» tampoco ayuda gran cosa porque el sostenimiento de las explotaciones en parques naturales exige mayores costes y da más trabajo, por lo que debiera ser compensado con un mayor peso de la llamada «condicionalidad» de las buenas prácticas agrarias y medioambientales a la hora de aplicar las subvenciones. Si uno de los objetivos del Tratado de Roma, actualizado en noviembre de 2016 , es «asegurar el desarrollo racional de la producción agraria, así como el empleo óptimo de los factores de producción, en particular de la mano de obra», con la finalidad de «garantizar un nivel de vida equitativo a la población agraria» , no cabe duda de que los organismos públicos, Unión Europea, Gobierno español, Junta de Andalucia y Diputaciones deben arbitrar fórmulas de compensación para zonas como la Subbetica y otras muchas similares que se encuentran en Andalucia, con el objetivo de que la competencia con las modernas explotaciones intensivas, con costos ínfimos respecto a los de zonas protegidas, no terminen arruinando a un sector tan importante que termine incrementando esa España vacía que tanto dicen los políticos que les preocupa.
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