Desde mi rincón
España lo merece
La mentira y la manipulación de la verdad se han instalado en quienes dirigen las instituciones y la vida pública
Tenía 30 años cuando Jesús , el hijo de María y José el carpintero, decidió dedicarse a la vida pública . Trago nada fácil en la familia. Una vez fuera de casa, buscó a su primo Juan para que le purificara en las aguas del Jordán antes de iniciar su nueva vida. Una vez bautizado se retiró al desierto donde permanece 40 días valorando el camino que iba a emprender.
Puso en la balanza dos modos de entender la vida. Si escogía el camino de la indignidad , de la ambición y de la mentira, el premio sería la riqueza y el poder en sus manos. De eso estaba totalmente convencido. Como también era consciente que si decidía darse plenamente a las personas más necesitadas , a los justos, a las personas de orden y a cuantos sufren en la vida, ese camino podría llevarle a encontrarse frente a poderes religiosos y políticos con consecuencias posiblemente dolorosas.
Tras esa lucha interior Jesús decide coger un camino de justicia , dignidad y sinceridad, asumiendo libremente las consecuencias que pudiera originarle. ¿A qué viene esto?
Hay en la ciudadanía española un desánimo importante . Son muchas las cosas que nos preocupan. Destacaría dos fundamentales: Inseguridad y pérdida de libertad. Nos sentimos manejados e incapaces de cambiar las cosas. Percibimos un final de camino que no nos gusta, pero no sabemos cómo cambiarlo. La mentira y la manipulación de la verdad se han instalado en quienes dirigen las instituciones y la vida pública.
Diariamente somos testigos de las peleas políticas que sólo buscan coger poder y dinero. En esas luchas, las mentiras, las medias verdades y las falsas acusaciones son moneda corriente. Y las consecuencias las padecen los ciudadanos. Falta de trabajo, inseguridad física y jurídica , impuestos confiscatorios y una ruina económica en el horizonte. Los ciudadanos debemos aprovechar estos días para pensar cómo poner fin a semejante situación.
Gómez Manrique (1412-1490) dijo que «cuando los ciegos guían, ¡ay de los que van detrás!». Que nadie nos engañe. El problema está en los dirigentes políticos. El poder, la ambición y el dinero los ciega. En nosotros está el descubrirlos y aislarlos. España merece nuestro esfuerzo.