CUARTO CENTENARIO
Las esencias en frasco pequeño de Murillo en el Museo de Bellas Artes de Córdoba
El centro dedica una exposición al pintor con obras inéditas en papel, además de cuadros de su escuela
Aunque Córdoba nunca ha guardado en sus iglesias ninguno de sus cuadros, el Museo de Bellas Artes dedica desde este martes una exposición a la huella que dejó el trabajo de Bartolomé Esteban Murillo . No reúne grandes lienzos , pero sí piezas de gran interés para pensar en cómo se acercó a la pintura. La mayor parte tienen además el carácter de inéditos , ya que hasta ahora, aunque se conocían, no se habían atribuido al maestro sevillano.
La exposición con la que Córdoba celebra el cuarto centenario del nacimiento del pintor destaca por cuatro obras en papel de Murillo, que el Museo de Bellas Artes poseía en su colección, una de las más importantes de España en este formato. Uno de los dibujos más interesantes, como explicó el director del centro cultural, es un borrón , es decir, una de las últimas etapas en la preparación de un cuadro antes del lienzo. Es para el cuadro « Santo Tomás de Villanueva dando limosna», que funde el misticismo con el reflejo de la vida popular de los pobres. Lo compró en 1944 la Diputación Provincial y ahora se exhibe por primera vez como obra atribuida a Murillo.
Preparatorio
Es lo mismo que sucece con un estudio para los apóstoles durmientes que tuvo que realizar para algún cuadro en el que plasmara la oración de Jesus en el Huerto de los Olivos , y que ahora pertenece a la cordobesa colección Delgado . El Museo de Bellas Artes muestra también un apunte para « San Francisco en éxtasis », otra obra clásica en aquel momento de la historia del arte. Como explicó José María Palencia, el autor no utilizó un papel en blanco para ella, sino el dorso de una carta que le habían enviado desde Lorca por un desconocido interesado en tener una obra suya. En aquella época no era tan fácil ni tan barato conseguir papel y el pintor «recicló» , cuando estaba palabra todavía ni existía, el material para hacer en él el apunte de su siguiente cuadro, y fue algo que hizo muchas veces, como recordó el director del centro. «Tiene un trazo un tanto dislocado y nervioso », afirmó José María Palencia.
Uno de los dibujos es difícil de apreciar, pero también el director del centro lo consideró como «el más sutil y bello ». Son «Estudios de manos, calaveras y rostros para la Fundación de Santa María la Mayor en Santa María la Blanca ». Es decir, una obra para preparar las que hizo para esta iglesia sevillana. Tiene varios motivos preparatorios, entre ellos una cabeza de niño realizada a la sanguina y a lápiz negro, pero también un estudio de paños, más bosquejos de manos en distintas posiciones y una cabeza de anciano con mucha caballera.
«Que Murillo realizó estos dibujos detallados de estudios anatómicos está fuera de toda duda, pero lo difícil e interesante es advertir la relación con los que hizo para Santa María la Blanca», y que hoy están en Sevilla. En una reciente conferencia en la Real Academia de Córdoba , el director del Museo de Bellas Artes trazó la correspondencia entre lo que aparece en este dibujo y las obras que finalmente quedaron en el lienzo. El dibujo tiene además el valor añadido de que en una de las esquinas está lo que parece ser la firma del pintor , aunque de una forma que la hace muy poco legible. La cita se completa con obras de otros autores que siguen su camino, como Antonio Fernández de Castro, Alonso Miguel de Espinar y Pedro Núñez de Villavicencio, entre otros.