Luis Miranda - Verso suelto
Entretenimiento
Quizá sea peor que Pedro García deje la quimera de la Mezquita pública para ponerse a tomar decisiones que sí le competen
Habrá quien se irrite, pero bien visto tampoco tiene nada malo que Pedro García , el alma política de este Gobierno municipal que vive mucho más en los titulares que en los despachos o en la calle, vuelva a repetir la canción de las inmatriculaciones y de recuperar la Mezquita pública que nunca existió. Desde luego que no será agradable que cada vez que hace unas declaraciones falte el respeto a la Historia que al parecer estudió, al Derecho que tanto parece obstaculizarle las ocurrencias y al sentido común que por lo demás si alguna vez llega a Capitulares es muy probable que no pueda entrar a la zona noble; peor será que deje esas quimeras que tanto le gustan para ponerse a tomar decisiones que sí son de su competencia.
Al fin y al cabo, estas cruzadas a la inversa que no pueden pasar de un titular para conseguir que la parroquia esté contenta le mantienen entretenido. Los padres de niños trabajosos siempre tienen a mano una pantalla o un juego para que la criatura no rompa algo en la visita, ya que siempre será mucho mejor que el chico parezca embebido por la tecnología a que demuestre sus nerviosas dotes balompédicas en un salón presidido por un jarrón muy valioso en la perfecta estética y el frágil equilibrio de una mesa alta.
El problema en realidad es de que en los Ayuntamientos hacer política es bastante complicado . Sí es verdad que están las competencias de Urbanismo para planear la ciudad por un lugar o por otro, y que con el Urbanismo en la mano se puede fastidiar a las empresas y con ellas a quienes trabajan. Hay un poco de margen entre que los trámites para abrir un negocio sean ágiles como gacelas o erráticos como cangrejos y sobre todo en las ordenanzas fiscales, pero en los manuales que distinguen entre izquierdas y derechas no aparece el material con que se pavimentan las aceras ni la marca de las barredoras. Por eso los Plenos se llenan de mociones para hablar de la Ley del Aborto, de los bombardeos contra el Daesh y si uno se descuida hasta de quién tiene que ser el próximo seleccionador de fútbol; decidir el número de puestos de un mercado de abastos o hablar del consumo eléctrico de las farolas no es nada lucido.
Quizá para la gente de Izquierda Unida esto de expropiarle a la Iglesia algo que es suyo tenga algo de ensueño emotivo, como los primos de Marinaleda, que en su visita más sonada a Córdoba pensaron que al fin podrían ocupar unos grandes almacenes, pero, por puras discrepancias por el concepto de propiedad privada, se los encontraron blindados por la Policía. Me recuerdan al bandido Fendetestas, el inolvidable personaje de «El bosque animado», que asaltaba a los que cruzaban la Fraga de Cecebre pero que siempre andaba diciendo que se iba a hacer rico cuando se atreviera a asaltar la casa del cura, que le iba a llenar la barriga de manjares y el saco de puros.
Desde luego que no se le paga a la gente un buen dinero para que hable durante horas de asuntos en los que tiene ni la menor capacidad de decisión , pero siempre está la comodidad de que es un mal menor. Los trabajadores de Cosmos habrían hecho una colecta para que Pedro García hubiera estado planeando la Desamortización de Mendizábal 2.0 el día en que se le ocurrió hacer caso a los jubilados, vecinos y funcionarios que le llegaron con el cuento de que quedaba muy progresista que Córdoba perdiera la poca industria que tenía.