APUNTES AL MARGEN
Entre decir y hacer
La corporación municipal ha consumido buena parte de su recorrido sin afrontar ni el primer paso de su propuesta más rompedora: la redacción de un nuevo Plan General
Hace aproximadamente año y medio , el Pleno del Ayuntamiento de Córdoba aprobó con el voto favorable de los tres partidos que sustentan el gobierno -PSOE, IU y Ganemos- la medida más avanzada y arriesgada de todas cuantas se pactaron en la famosa reunión de la Sociedad de Plateros de María Auxiliadora por la que se configuró la vuelta de la izquierda al poder municipal .
En aquel momento, y con la negativa o la abstención de los grupos municipales de la oposición, se decidió poner en marcha el mecanismo para que la ciudad de Córdoba disponga de una nueva constitución urbanística , otro Plan General de Ordenación Urbana , superados ampliamente los doce años que se diseñaron en el documento que se aprobó definitivamente, en dos tandas, entre 2001 y 2003. Pese a que este equipo de gobierno -reconozcamos las cosas cuando se producen- no ha eludido ni uno solo de los charcos posibles y teóricos, ese en concreto, el de revisar a fondo las disposiciones y orientaciones por las que funciona la ciudad, ha sido un bluf de categoría . Uno mayúsculo, hiperbólico. De primera nacional,
Desde aquel mes de junio de 2015 y desde aquel Pleno del diez de mayo de 2016, la revisión planteada por la izquierda municipal se ha quedado como esa cortina que flota con la brisa de la tarde, como la raya en el agua del charco. Desde aquellas grandilocuentes palabras de meter en cintura a los promotores inmobiliarios, el sobrasaliente cum laude de todos los males, la realidad ha sido la nada . Tras un anuncio del equipo de la Gerencia de Urbanismo de que empezaba el proceso con una especie de examen sobre el Plan General vigente, no ha habido nada de nada . Ni se ha hecho público el resultado de ese análisis -y mira que esta Gerencia de Urbanismo nos ha salido locuaz con quien y para lo que quiere- y aún menos se ha tomado la salida lógica que requeriría una actuación de estas características: la contratación de un equipo externo de urbanistas -como el que en su día dirigió Pepe Seguí- con el objetivo de preparar el enorme, sideral, número de folios y archivos que necesita una iniciativa de estas características.
En el caso de un ayuntamiento tan supuestamente preocupado por la participación -con lo que nos gusta un colectivo en esta ciudad, señora-, no se ha celebrado ni una sola mesa de debate , ni un foro, ni una de esas reuniones de los centros cívicos para solaz de los mismos de siempre. La promesa política de un Plan General, esa en la que había que retratarse como izquierda verdadera, resulta que ha caído en la rutina, cuando no en la pereza, de las cosas que se dicen pero no se hacen.
Varios son los factores que concurren en esta cuestión. En primer lugar, se dice que los servicios técnicos de la Junta se pusieron en contacto con los municipales para advertirle que un Plan General nuevo , con las normas aprobadas por el Parlamento andaluz, se ha convertido en materia de martirio asiático . El trabajo burocrático se ha incrementado en tal grado que es un objetivo caro si no se tienen las ideas muy claras. En segunda instancia, el discurso de que el PGOU que se aprobó por consenso en 2001 era un ejemplo de economía especulativa no acababa de gustar.
Una de las grandes promesas de esta corporación fue la de descalificar suelo . Es decir, terrenos que en su momento se reservaron para levantar viviendas volverían a su condición de suelo no urbano con el objetivo de preservar un crecimiento sostenible de la ciudad. Paparruchas . Todos los que saben algo de la materia saben que ese es un camino que cuesta desandar porque los convenios urbanísticos ya están cobrados y gastados.
¿ Hay motivos para cumplir con aquella promesa electoral ? Los hay pero no son ni mucho menos los de la propaganda política del pacto de la Sociedad de Plateros. Tomarse en serio los retos de la despoblación del Casco, repensar algunos procesos fallidos de dotación de equipamientos, afrontar de una buena vez una circunvalación sur diferenciada del tráfico de la Autovía de Andalucía, cierta audacia en retos económicos ligados al suelo industrial especializado y ligado a las nuevas tecnologías, repensar las parcelaciones (que siguen estancadas). Todo eso está en el aire. Esperando no se sabe muy bien qué.