Medio Ambiente
Enresa plantea ampliar El Cabril con 27 celdas más de residuos de baja y media actividad
El proyecto supone prácticamente duplicar el número de zonas de contención de este material nuclear
La Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) empieza a concretar por escrito sus planes de ampliación de las instalaciones del centro de almacenamiento de El Cabril en el término de Hornachuelos. Mientras sondea el procedimiento urbanístico de este crecimiento de su capacidad de depósito para residuos en baja y media actividad (RBMA) -una opción que se desarrollaría sobre suelo no urbanizable y requeriría un plan especial-, empieza a dar otros pasos administrativos en este sentido que desvelan hasta dónde quiere llegar.
Esta ampliación pasará por 27 nuevas celdas para almacenar RBMA, primero en una plataforma con 12 celdas, cuya entrada en operación se prevé para 2028, y luego en otra fase (15) que llegaría a un total de 27 celdas, sin que de momento se conozca el horizonte temporal para su puesta en carga. Los plazos están muy en consonancia al ritmo en el que se produzca el desmantelamiento total de las centrales nucleares operativas, fijado para la última en 2048.
Así lo pone de manifiesto la empresa nacional en el pliego de condiciones del concurso que acaba de licitar para contratar la evaluación ambiental de todo este proyecto, un trámite con innumerables informes y estudios que se prolongará durante 48 meses hasta conseguir el visto bueno ambiental obligatorio (permisos del Gobierno y la propia Junta de Andalucía).
El desmantelamiento de las centrales nucleares que hay en España hace necesario según Enresa y el nuevo borrador del Plan General de Gestión de Residuos este aumento de su capacidad de depósito. Actualmente, en El Cabril hay un aforo máximo para residuos de baja y media actividad acondicionados de 50.000 metros cúbicos repartidos en dos plataformas con un total de 28 celdas. En una hay 16 y en otra, 12. A finales de 2019 había 22 de ellas colmatadas. El nuevo planteamiento duplicaría el número de depósitos de esta índole.
Por otro lado, existen unas instalaciones complementarias para los llamados residuos de baja y muya baja actividad (de vida corta) con capacidad para 130.000 metros cúbicos en cuatro celdas que se van construyendo según las necesidades de El Cabril. Ahora mismo dos de ellas están en desarrollo, aunque las cuatro están autorizadas. Enresa entiende que es suficiente con estas cuatro instalaciones para ese tipo de restos, no así para los de baja y media (producidos en hospitales, centros de investigación, industrias y centrales nucleares...).
Almacenamiento
La propietaria del centro de almacenamiento de Hornachuelos considera que esta operación, no exenta de polémica puesto que ya se han escuchadio las primeras críticas de Adelante Andalucía y Ecologistas, es una «modificación del diseño de la instalación». Una terminología genérica que si encierra una alteración de las condiciones originales para las que recibió permiso El Cabril se requerirían de autorizaciones previas del Ministerio para la Transición Ecológica y el Consejo de Seguridad Nuclear a cualquier paso.
Todos estos movimientos se producen cuando el nuevo Plan General de Gestión de Residuos Radiactivos está en fase de tramitación. En su borrador de marzo pasado, al que ha tenido acceso ABC, no se entra con trazo fino a la dimensión de esta ampliación.
Sólo hay alusiones estratégicas como el «análisis permanente de la evolución de la generación de residuos radiactivos y de la consiguiente adaptación de El Cabril a las potenciales necesidades futuras optimizando la ocupación de las celdas ». Aunque apuesta también por abordar sistemas que traten y reduzcan el volumen de estos residuos. Lo que sí deja claro el nuevo Plan de Residuos es que la construcción de más celdas para RBMA no cabe en otro sitio que no sea el emplazamiento de Hornachuelos.
Este documento tampoco se compromete a dar fecha de cierre y sellado definitivo de El Cabril: «Tras el final del desmanelamiento de la última central nuclear », dice, Enresa «procedrá a ir cubriendo las celdas de depósito y el propio almacén para integrarlo en el paisaje con la plantación de especies autóctonas». Como ya publicó ABC días atrás, a lo máximo que llega la empresa nacional es a decir que el nuevo plan sólo cambia para la instalación cordobesa las fechas de desmantelamiento de las centrales nucleares, «que influyen directamente en su actividad».
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