Libre Directo
Los enamorados
Como Córdoba es así, tiene un monumento al amor en la plaza de los Mártires
Mañana es San Valentín . Valentín de Roma fue un sacerdote que vivió en el siglo III y que casaba en secreto a los soldados cuando el emperador Claudio II tenía prohibido contraer matrimonio a sus tropas . Valentín resultó finalmente descubierto y ejecutado un 14 de febrero. La Iglesia Católica, ya desde el siglo V, consagró ese día a los valores del amor y la afectividad. Mañana, por tanto, eslóganes comerciales aparte, es el Día de los Enamorados. Vayan por delante mis felicidades a todos los que aman, siguiendo el hermoso mensaje de Walt Whitman: «Quien camina en la vida cien metros sin amor, camina hacia sus propios funerales con el sudario puesto».
Córdoba tiene un monumento al amor . Se alza desde el año 1971 como un templete y unas manos entrelazadas, obra del arquitecto Víctor Escribano y del escultor Pablo Yusti. Es el Monumento a los Enamorados , el poeta Ibn-Zaydun y la princesa Wallada , que vivieron su apasionado amor en el paisaje del final de una época dorada, la ruina del Califato cordobés.
Como Córdoba es así , está en la plaza de los Mártires , llamada de esa forma porque allí era donde los, a veces no tan tolerantes, omeyas descabezaban a los mozárabes que reivindicaban su cristianismo y sus libertades. Y como Córdoba es la ciudad de las paradojas (ya saben, la del Cementerio de la Salud y varias más) a lo mejor esto es un guiño a que el enamoramiento es a veces un martirio .
En verdad, el amor entre Ibn-Zaydun y Wallada terminó mal , muy mal . Entre acusaciones e insultos mutuos que le obligaron a marcharse de Córdoba e instalarse en Sevilla, donde escribió su más bello poema que refleja el amor perdido: «¡Ay qué cerca estuvimos y hoy qué lejos! / Nos separó la suerte y no hay rocío / que humedezca, resecas de deseo, / mis ardientes entrañas; pero en cambio, / de llanto mis pupilas se saturan».
Pero no terminemos pesimistas y menos en vísperas de un día tan señalado como el dedicado a San Valentín. Dejémonos sorprender por lo inesperado . Como en la canción de Franco Battiato: «La estación de los amores viene y va. Y llegará sin avisar. Ya verás, te sorprenderá».
Noticias relacionadas