Pasaron por allí: Fidiana, de la resistencia a la esperanza

En la recta final de la campaña electoral, Isabel Ambrosio escoge por la mañana el barrio de Fidiana , al otro lado de la avenida de Libia, y allí no hay baños de masas, porque estos años no son de eso, pero sí más de un saludo. Se ha citado a los medios en una zona ajardinada junto al pabellón deportivo, todavía flamante e inaugurado hace un par de años, pero las cámaras esperan sobre la hierba.

«¿Pero qué hacéis pisando el césped ? Vaya civismo», dice Isabel Ambrosio. Alguien piensa que le sale la condición de primera autoridad municipal y que va a llamar a la Policía Local para que ponga alguna que otra sanción, pero todo queda en broma. El paseo es breve, pero la parada más larga la hace en tienda que lleva el nombre de Carmen , y que funciona como panadería y tienda de fruta, frutos secos y distintos productos que consumirán los hogares de cerca, pero también los alumnos del instituto Fidiana , que está justo enfrente. Allí atiende María Teresa , que casi no puede creer quien acaba de entrar, y no para decírselo a las mujeres que llegan justo después, y que no se han topado con Isabel Ambrosio apenas por unos minutos.

«Que sí, que ha entrado la alcaldesa, Isabel Ambrosio», dice entusiasmada, mientras da a una clienta habitual la bolsa con las piezas de pan que se lleva siempre. María Teresa cuenta que se ha interesado por el barrio, por las necesidades de sus vecinos y también por la propia situación de su tienda. «Yo le he pedido que vele por e l pequeño comercio , por las tiendas de barrio de siempre», cuenta. Su historia es una historia de resistencia: no ha cumplido 40 años, y lleva 23 trabajando detrás del mostrador , porque empezó ayudando a sus padres cuando era casi una niña , y ahora está al frente del establecimiento, donde no paran de entrar clientes toda la mañana. «Soy del barrio de siempre, vivo en la calle Saturno », dice para hablar de su enraizamiento, que ni siquiera se frenó en los duros años de la crisis económica.

No es de los vecinos que piden y que se quejan de la dejadez de los políticos. «El barrio ha mejorado bastante, sobre todo desde que se abrió el polideportivo , que estuvo construido, pero que después tardó en inaugurarse», cuenta. Es algo que ha ayudado mucho a la vitalidad de la zona. La alcaldesa ha concluido su breve paseo y ella se queda atendiendo a sus muchos clientes, mientras el sol indica que muchos están a punto de llegar a sus casas para almorzar.