PERDONEN LAS MOLESTIAS
Efecto tiburón
El salario de los cordobeses se ha incrementado en un uno por ciento. Los precios, en un dos por ciento. ¿Le hago la cuenta?
EN medio del océano , lo importante no es que usted sea capaz de nadar a toda prisa . Lo verdaderamente relevante es que usted nade más rápido que el tiburón . De lo contrario, tiene todas las papeletas para que el escualo se lo meriende tarde o temprano en las gélidas aguas de alta mar. Con los salarios sucede exactamente igual . Usted puede nadar a toda máquina con incrementos anuales de su sueldo. Pero si los precios navegan más rápido le acabará comiendo el tiburón.
A un mes de que termine 2017, los convenios colectivos y de empresa se están saldando con aumentos ponderados de apenas un uno por ciento . El incremento, ya de por sí, invita a la melancolía. Pero si lo contrastamos con la subida media de los precios , que roza el dos por ciento , llegamos a la conclusión de que alguien, en algún lado, nos está tomando el pelo. El «efecto tiburón», que acabamos de describirle, se parece mucho a la sensación angustiosa de correr en un sueño. Alguien te persigue blandiendo un cuchillo de cocina y usted, entre sudores y palpitaciones del corazón, apenas alcanza a levantar los pies del suelo.
El IPC , como los tiburones, pueden no correr demasiado . Pero corren más que los salarios . Este año justo el doble. Lo cual viene a indicar que tiene usted más dinero para hacer menos cosas. El truco es de una inteligencia perversa. Le proporciona sensación de avance pero, en realidad, camina usted para atrás . El dato, con ser malo, no es catastrófico. No porque el hecho de perder poder adquisitivo en términos relativos no sea una pésima noticia. Que lo es. Sino porque la serie histórica de la última década en materia retributiva es una castaña pilonga.
Entre 2008 y 2014 , el sueldo de los cordobeses decreció cada año . No es que el tiburón de los precios corriera más que su salario en medio del océano. Es que los salarios también navegaban para atrás. En ese periodo, el roto en su economía familiar fue considerable. Para habernos matado. Un desplome lineal del 9,6 por ciento en las retribuciones . Sin contar con el desfase acumulado del IPC, que, como usted sabe perfectamente, va a su santa bola.
Con estos datos en la mano, en mitad del océano seríamos ya plancton marino . En la vida real, también . Sobre todo, si tenemos en cuenta que Córdoba sufre un salario medio de 13.683 euros brutos. Pero brutos. El tercer registro más miserable de España, solo superado por la desgracia secular de Jaén y Huelva. En esto de los sueldos somos más españoles que nadie. Españolísimos. Tanto, por ejemplo, que los asalariados cordobeses que cobran menos de mil euros al mes suman ya más del 62% . Así que saque pecho, estimado contribuyente.
Para terminar de darle la mañana, amigo lector, le vamos a proporcionar un dato muy jugoso para que lo moje en el café con leche. En todo este periodo de tiempo en que el tiburón le mordía el juanete de los pies, los altos ejecutivos de este su gran país han incrementado su poder adquisitivo un 6,8% , según un informe del grupo ICSA y la escuela de negocios EADA. Al fin y al cabo, los directivos de alto rango solo cobran 207 veces más un trabajador medio. Y, oiga, qué quiere que le diga.
El «efecto tiburón» nos viene a demostrar, como ya hiciera en su momento Einstein, que todo es relativo . Que usted puede nadar muy rápido en el mar, pero que eso no le garantiza , en modo alguno, que llegue sano y salvo a final de mes .