Aristóteles Moreno - PERDONEN LAS MOLESTIAS
¿Dónde diablos vivimos?
Un pitecántropo se escapó de «Juego de Tronos» la tarde del 19 de agosto. Otro más. De tal forma que nos están dejando la realidad de pena
Un hombre debió de escaparse de «Juego de Tronos» la tarde del 19 de agosto. Decimos un hombre, pero probablemente no alcanzaba esa categoría. Todo indica que se trataba de una subespecie humana o una tipología avanzada de primate. Tirando por lo alto. El caso es que el homínido en cuestión se abalanzó sobre una mujer, la bloqueó por la cintura e intentó abusar sexualmente de ella . La víctima ofreció numantina resistencia. De tal forma que el antropoide, consciente de que no iba a poder consumar su apetito animal, hizo lo que solo saben hacer las bestias. Es decir: le propinó una brutal paliza para aliviar su impotencia.
La escena no tuvo lugar en las inhóspitas tierras de los Siete Reinos ni se produjo una tórrida tarde del medievo a causa de una disputa dinástica por el Trono de Hierro. Sucedió el 19 de agosto de 2017 , tercer milenio de nuestra era, a las cinco de la tarde en plena calle Periodista Quesada Chacón de nuestra capital. La mujer pidió auxilio en medio del desierto estival de Poniente. Nadie la escuchó. Según indica el recorte de prensa, logró alcanzar la vivienda de un familiar, refugiarse como quien huye de un ataque de orcos y pedir la asistencia de los servicios sanitarios . Los profesionales le practicaron dos TAC para detectar posibles lesiones cerebrales debido a la furia de los golpes.
El mundo ha llegado a un punto en que cualquier tarde a cualquier hora se puede escapar un pitecántropo de «Juego de Tronos». Quien dice «Juego de Tronos» dice «Parque Jurásico». De hecho, vivimos rodeados de ellos. De trogloditas. Sujetos con apariencia humana, que, sin embargo, piensan con las criadillas y violan a mujeres indefensas cuando la testosterona se adueña de su cerebro . En el supuesto, naturalmente, de que tengan cerebro.
Solo una bestia recién fugada de Invernalia puede exhibir ese instinto depredador. Acechar a 42 grados centígrados en medio de la canícula a la espera de que aparezca una presa propiciatoria en su espectro de caza. P udiera parecer un episodio arrancado de la alta Edad Media y, en efecto, se trata de un episodio arrancado de la alta Edad Media. ¿O es que la secuencia que acabamos de retratar es propia de un país civilizado?
Una mujer es violada en España cada ocho horas . Lo que nos da una idea de la cantidad de cavernícolas que se escapan del medievo mientras usted intenta dar una cabezadita a la hora del serial de cada día. En eso, l as estadísticas son demoledoras . Una mujer violada cada ocho horas. Tres al día. Más de mil al año. Casi ocho mil quinientas desde que tenemos datos desagregados por violencia sexual desde 2009.
Hay días en que parece que hay más quilates de realidad en «Juego de Tronos» que en la vida misma. Y que son los seres civilizados los que se han escapado de un serial de ficción de gente normal que no disfruta retorciendo el pescuezo a sus semejantes. Si no, es difícil explicar cómo diablos hay registradas más de un millón de denuncias por violencia machista en la última década. Y que 885 mujeres son ya polvo de estrellas en algún lugar de la infamia.
En el territorio de los Siete Reinos, las estaciones se prolongan durante años y sus moradores viven bajo la tiranía de sus instintos primarios de poder y dominación. Entonces, cualquier cosa puede ocurrir a las cinco de la tarde de un 19 de agosto de cualquier año.