MAYO FESTIVO

Un domingo diferente en la Feria de Córdoba

Día familiar en el Arenal para despedir el primer fin de semana de una fiesta que acaba de empezar

Un grupo de mujeres entran en la Feria con tres niñas pequeñas ROLDÁN SERRANO

IRENE CONTRERAS

Si Mario Benedetti decía que el domingo es el día más desalentador y más insulso de la semana es porque el uruguayo nunca tuvo a bien cerrar el fin de semana en la Feria de Córdoba . El domingo en el Arenal es, más que un día triste, una oportunidad. Un día festivo en un ambiente de alegría. Los negocios cerrados, el descanso del guerrero. No hay excusas para no asomar por el recinto ferial.

Mientras los adultos hacen cuentas mentales y se obsesionan con la semana que les espera, los niños se dedican a lo que mejor sabe hacer un niño: divertirse. Toda la energía puesta en la Calle del Infierno , ese improvisado parque de atracciones donde todos los años hay un nuevo juguete que causa sensación. Sin desmerecer a los clásicos. El impúdico atrezzo de la Mansión del Terror . Las colchonetas que le evitan males mayores a quien se cae del toro loco. Varias montañas rusas compitiendo por ser la más adrenalínica. Ese castillo de los horrores, con espejos cóncavos y convexos, que preside la imagen de Santiago Segura caracterizado de Torrente .

Atracciones en la calle del Infierno ROLDÁN SERRANO

La rana, el canguro, los coches de tope, la barca vikinga perviviendo desde tiempos inmemoriales, sobreviviendo a los recién llegados, como ese carrusel vertical de voladores que se alza imponente y atrae las miradas de todos porque este año ha alterado el paisaje clásico, en un trozo del cielo que antes sólo ocupaban la noria y, como mucho, el luminoso del « Ratón Vacilón ».

El domingo es como un preludio del miércoles, cuando los cacharritos bajan de precio y se espera la masiva llegada de niños y colas en las vallas de las atracciones más populares que no tendrán nada que envidiarle a las que estos días se forman en las inmediaciones del Arenal para acceder a uno de los autobuses de Aucorsa . Día también de probar suerte en las tómbolas, apostar a las carreras de camellos, pescar patitos de goma y poner a prueba la puntería para conseguir un llavero del Barça o el peluche más grande del expositor. Uno no es nadie, sobre todo a ciertas adolescentes edades, si no sale del Arenal con un trofeo debajo del brazo.

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