URBANISMO
Una docena de vecinos exigen a la Gerencia de Urbanismo de Córdoba la clausura de Tempo
Denuncian la pasividad municipal ante sus reiteradas quejas acerca de una actividad sin licencia
Doce vecinos cuyas casas se ubican en las cercanías de la calle San Juan Bautista de la Salle, donde los Hermanos de las Escuelas Cristianas han puesto en marcha el centro de ocio y deporte Tempo , han registrado una queja formal ante la Gerencia Municipal de Urbanismo por su «pasividad» ante las reiteradas denuncias que han interpuesto contra el resort, que no cuenta con licencia de actividad ni de obra y cuyas instalaciones están siendo destinadas a un uso, el de hostelería con música, que no está permitido -dicen los vecinos- por el ordenamiento urbanístico. La Gerencia intentó frenar su apertura rechazando la declaración responsable presentada por los promotores y a finales de octubre ordenó su cierre , pero ni el gimnasio ni el bar han parado su actividad.
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Los vecinos manifiestan en su escrito que han acreditado en varias ocasiones las molestias que Tempo está generando en su entorno mediante denuncias a la Policía Local y visitas a la Gerencia que han resultado «infructuosas», ya que se resolvieron con «excusas y vagas explicaciones». Los firmantes recuerdan que la parcela sobre la que está instalado el resort, que forma parte del colegio La Salle, está destinada a uso deportivo y que los promotores están llevando en ella « actividades puramente comerciales », entre ellas la hostelería y restauración. Desde el centro educativo se defendió en su momento que el proyecto, que ha tenido una inversión de ocho millones, tiene una actividad «complementaria del proyecto educativo» de La Salle. Sobre esta cuestión ironizan los vecinos, que se preguntan si su uso educativo consiste «en enseñar cómo vender alcohol en las instalaciones de un colegio religioso».
Los vecinos se preguntan si el uso educativo de Tempo es «enseñar a vender alcohol en las instalaciones de un colegio religioso»
Tanto el gimnasio como el bar de copas con música, prosiguen los denunciantes, funciona a diario hasta las 23.00 y la una de la madrugada respectivamente y en las instalaciones se llevan a cabo obras para las que no se ha concedido el preceptivo permiso. De ahí que los vecinos consideren que «el promotor no tiene intención de ajustarse a la legalidad urbanística» y que la Administración está mantiendo una actitud de «pasividad» en el asunto. En consecuencia, solicitan a la Oficina de Disciplina Urbanística que se haga efectivo el cese de la actividad en las instalaciones deportivas y de hostelería abiertas al público y se paralicen las obras.
Este escrito llegó a la Gerencia en diciembre, acompañado de la copia de otros tantos remitidos al Servicio de Licencias o al Departamento de Movilidad por los vecinos, que insisten en que se atiendan sus quejas para acabar con las «molestias» que les está generando Tempo . Las denuncias van acompañadas de fotografías que reflejan la actividad que se desarrolla en el resort y de su afección en aspectos como el tráfico, pero también de «pantallazos» de la promoción que la empresa realiza en redes sociales y que revelan cómo su actividad no se circunscribe a la práctica deportiva. Por ejemplo, anuncios sobre la emisión de partidos de fútbol en su terraza a través de una gran pantalla instalada en el exterior.
Desde antes de que Tempo abriera sus puertas, los vecinos vienen denunciando que su actividad es contraria a la que fue autorizada en 2016 por Urbanismo para iniciar la construcción. Con la obra ya realizada, los promotores presentaron un modificado del proyecto que sigue en trámite, motivo por el cual la Gerencia rechazó la declaración responsable. Sin embargo, desde el 23 de octubre, cuando abrió sus puertas, no ha dejado de tener actividad.