Política

Así fue Córdoba 2019 | Doce meses de urna en urna

Cuatro convocatorias, cuatro, para un convulso panorama político en el que el PSOE se mantiene, el PP parece desperezarse, Ciudadanos se hunde, Vox irrumpe y Podemos se desinfla

Un ciudadano chino en el colegio electoral de Colón VALERIO MERINO

Rafael Ruiz

Si hay un elemento que ha condicionado la vida política en Córdoba (Andalucía y España) en los doce meses que ahora concluyen ha sido la cita con las urnas . Hasta tres convocatorias distintas han tenido lugar. Cuatro, si se cuentan los efectos de las autonómicas de finales de 2018 cuyos efectos se han dejado notar con fuerza durante todo el año. Vayamos por partes, que diría Jack El Destripador . 18 de enero de 2019. El nuevo presidente de la Junta, Juanma Moreno , toma posesión de su cargo. Se interrumpen casi cuatro décadas continuadas de poder socialista, lo que ha generado una crisis de identidad en el partido alfa andaluz nunca conocida. Moreno crea un núcleo duro de altos cargos en el Gobierno andaluz de fieles escogidos junto a Elías Bendodo, el hombre de la fontanería . Un cordobés entra en el Consejo de Gobierno. Jesús Aguirre, médico y senador popular, se hace cargo de la cartera de Salud . Con el tiempo, hará frente a una gravísima crisis sanitaria creada en una oscura empresa llamada Magrudis.

Será el bautismo de fuego de la nueva Junta, cogobernada por Cs y con la asistencia parlamentaria de Vox. Los populares rescatan al político más relevante de su partido en Córdoba durante los últimos quince años. El exalcalde José Antonio Nieto se hace cargo de la portavocía parlamentaria, donde tendrá que bregar con un delicado equilibrio de contrapesos entre el quiero y el no puedo. Cs mete a una segunda cordobesa en el Consejo de Gobierno, Rocío Blanco. Funcionaria de la Seguridad Social y experta en combatir el fraude, es una auténtica desconocida para el gran público. Otro parlamentario por Córdoba, Alejandro Hernández, obtiene la portavocía de Vox tras el paso atrás del juez Serrano, cabeza de lista en las autonómicas de finales de 2018.

En la segunda línea en Córdoba, el Gobierno andaluz opta por una cierta renovación. El PP elige políticos como Antonio Repullo , hasta entonces el abogado del partido, para abrir una ventana de oportunidad a la generación Y. No señalados en guerras previas, con cierta experiencia en asuntos públicos y baqueteados en lo orgánico. Cs amarra y confía su presencia en Purificación Joyera , la cara naranja en Lucena, donde ha asentado una agrupación de cierta entidad. Las municipales de mayo constatan esa apuesta por la novedad . El PP (ver doble página anterior) consigue la capital y el PSOE sostiene el feudo de la Diputación gracias a un acuerdo con Izquierda Unida, que ha optado por hacer la guerra sin Podemos. Los socialistas consiguen ser la primera fuerza política en 33 municipios pero el trago se le hace amargo en las plazas medias. Revalida Lucena pero sigue teniendo el paso cerrado en Cabra, Pozoblanco o Priego de Córdoba, municipio recuperado para los populares tras una moción de censura.No faltan los pactos extravagantes. El caso más señalado se encuentra en Baena donde un pacto a tres entre el PP, Ciudadanos y la formación creada por el histórico referente socialista Luis Moreno deciden desalojar al PSOE del poder por primera vez desde las municipales de 1979. En Castro, los socialistas deciden negarse a entregar el bastón de mando a IU producto de unas relaciones terribles.

Antonio Ruiz mantiene el poder tanto en Rute como en la Diputación. Los socialistas, sin embargo, tienen que empezar a virar posiciones. Si la agrupación de Córdoba era más susanista que Susana, la amenaza de José Luis Ábalos, secretario de organización, de que estaba dispuesto a revisar los nombres de los presidentes de algunas diputaciones pone en alerta al partido. Se produce el célebre viaje de Susana Díaz a Madrid para pactar un armisticio. Las instituciones provinciales salen del foco. Susanistas y pedristas empiezan a hablarse cuando antes se ignoraban mutuamente. Joaquín Dobladez entra en la ejecutiva andaluza del partido en un puesto simbólico ya que la presencia ejecutiva se la queda Rosa Aguilar. El tercer sector, encabezado por Isabel Ambrosio, queda en medio de ambos bloques haciendo buena la frase de Thatcher de que es el peor lugar para quedarse porque te atropellan desde ambos sentidos. Las europeas las gana el PSOE aunque la relevancia de los comicios al Parlamento de la UE sigue siendo moderada tirando a cero. Y llegan las generales.

Por partida doble. El 28 de abril y el 10 de noviembre vuelven a abrirse los colegios electorales de la provincia. Para las primeras, el PSOE se mete en un lío fenomenal poniendo en duda las órdenes del federal. Carmen Calvo, vicepresidenta plenipotenciaria, decide presentarse por Madrid dejando el sitio libre a Luis Planas. La dirección del partido, en una decisión adoptada con duelos y quebrantos por el PSOE andaluz , decide cambiar las listas sobre la marcha dando un golpe de mano. Los socialistas ganan las generales de abril con dos diputados (Luis Planas y Rafi Crespín) por un diputado del resto de partidos con presencia parlamentaria. Vox entra por primera vez en las Cortes por Córdoba. El Senado se reparte entre tres socialistas y un popular gracias al sistema mayoritario que rigen en las votaciones a la Cámara alta.El sainete de las negociaciones llega a su fin en verano cuando los socialistas se convencen de dos cosas: que con otras elecciones van a ir a más y que el PP, al final, cederá.

Nada de eso ocurre. Con unas listas calcadas (ni siquiera hay tiempo para un debate formal sobre las mismas), los socialistas vuelven a repetir sus dos escaños, el PP arrebata a Ciudadanos su presencia en Córdoba alcanzando el empate y Vox y Podemos consiguen un escaño cada uno. La diferencia es notoria en una cuestión entre unas elecciones y otras. Vox supera la marginalidad definitivamente siendo la fuerza más votada en ciudades como Lucena, donde ha encabezado el movimiento contra la reapertura de un centro de menores extranjeros no acompañados. En el desagregado de la capital, el partido de Abascal, que ya cuenta con una presencia municipal, se convierte en una fuerza influyente en barrios donde no podía ni imaginar que fuese a tener representación.A la fecha de la redacción de este reportaje, ni siquiera las segundas elecciones generales han fructificado en un gobierno que, si lo es, será compartido entre PSOE y Podemos . Los socialistas han pasado de no poder dormir ante la perspectiva de compartir el poder con UP a realizar unas negociaciones en las que es parte indispensable el independentismo catalán. Tras cuatro convocatorias, no sorprende, en ese sentido, que la imagen icónica de la última jornada electoral fuese la de un vecino de Córdoba de origen chino realizando tai chi frente a una urna. Asiática paciencia hace falta.

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