GASTRONOMÍA

Los diez templos en Córdoba para comer pinchitos

Un recorrido por los locales más señeros y jugosos que preparan carne ensartada

Un pinchito con su guarnición ESTRELLA SERNA

ESTRELLA SERNA

Los clásicos pinchitos morunos son una especialidad culinaria que no ha de faltar en la guía gastronómica de cualquier viajero ni en la ruta de tapeo de los propios cordobeses. He aquí un recorrido por los principales establecimientos que sirven esta este plato.

1

Una de las especialidades del local E. SERNA

El Coto, pinchitos con arte torero

El recibimiento torero de la taberna mesón El Coto, con un capote que el diestro Finito de Córdoba donó a su peña taurina, ya convierte el ambiente en un lugar de culto para quienes quieren acabar su jornada rodeados de arte, flamenco, taurino y cinegético, que cuelga en sus paredes con medio millar de fotografías expuestas casi como mosaicos.

Una taberna con arte de toda la vida. Cuarenta y cuatro años y con clientes fieles de toda la vida. Pero en aquí el arte lo tienen sus pinchitos según cuenta Carlos Tudela, el cocinero, porque son de trozos de secreto ibérico sin ningún adobo que se deshacen en la boca por su ternez. Es una carne de primera con mucho sabor, jugosos y que los clientes pueden combinar con una copa de fino Eléctrico.

Taberna Mesón El Coto, en calle Doce de Octubre, número, 5.

2

El artífice de los pinchitos E. SERNA

«Juanito Mohamed», el pincho moruno

Si hay un lugar donde el pincho moruno es genuino, ese es el bar de Jhouraa Sahid o «Juanito Mohamed», como se dio a conocer allá por 1975 cuando este originario de Nador se instaló en la ciudad a vender esos pinchitos tan aclamados por todas las ferias españolas adonde antes trabajaba. «Cuando un amigo me llevó a ver la Mezquita, ya me quedé aquí», cuenta.

Compra las piernas de cordero enteras y con sus 84 años él mismo las descarna, las corta a taquitos y las inserta en el pincho metálico una vez que ha aliñado los trozos al estilo magrebí, con especias que compra en Melilla y que son su secreto mejor guardado. Además, los hace de pollo y de cerdo pero todos él mismo sin ayuda de su esposa, que se encarga del servicio de las mesas y de la barra pero nunca de la carne. El asado sobre las brasas de madera de encina trasportan a la carne recién hecha de un puesto callejero de Marruecos.

Calle Marruecos número 10, en Ciudad Jardín.

3

Rafalete, santo y seña de los pinchitos E. SERNA

Rafalete y sus pinchitos, un clásico

Poca presentación necesita la taberna Rafalete para los cordobeses. En 1965, el padre y abuelo de los actuales regentes, abrió su taberna en la Avenida de Libia con cogollos con ajito y pinchitos, iniciándose lo que hoy es una parada una cadena de cinco restaurantes de la ciudad donde esos dos platos originarios son los más demandados entre sus clientes.

Sus pinchitos de cerdo son de «mentraño», la parte del magro del animal según explica Rafael León, que dirige el local junto al recinto ferial El Arenal , frente al estadio de fútbol, que trocean en cocina y se hacen en un infernillo embadurnados con un aliño secreto de la familia. Hasta 4.000 pinchos se pueden hacer en este restaurante un buen día . También hay variante de brochetas de pollo que maridados con un vino de la casa resultan deliciosos.

En su web, www.tabernarafalete.es , están las cinco localizaciones de la cadena local en la ciudad.

4

Una ración bien surtida E. SERNA

Bar Sara (Parque Figueroa)

Hay quienes de Alemania en los sesenta se trajeron los ahorrillos necesarios para montar su negocio en España y darles un futuro a sus hijos. Este fue el caso del padre de Pedro Pablo Carretero de la Haba, el actual propietario del Bar Sara, en el corazón del Parque Figueroa . Solo que él, en su maleta parece ser que se trajo el secreto del aliño de unas brochetas de carne que llevan medio siglo haciendo las delicias no solo de los vecinos del barrio, sino de toda la ciudad.

Los hay picantes, algo más suaves, incluso de sabor dulzón para degustar en la terraza de la plaza de la Marina donde acuden, sobre todos los fines de semana, centenares de personas. Pedro Pablo hace la mezcla del aliño y uno de sus hijos gemelos embadurna los pinchos y los pone a la brasa con carbón de encina para que se hagan sin perder propiedad alguna de la exquisita carne de cerdo.

Materia prima que es de primerísima calidad pues la adquieren en la lonja y la sirven fresca todos los días.

Además de la versión en tradicional en brocheta, la tercera generación de estos restauradores comenta que otro de los platos estrella es El Gran Pepito, un sabroso bocadillos hecho con los tiernos trozos de carne adobada que puede acompañarse con el típico plato de lechuga al ajillo.

Bar Sara, en la Plaza de la Marina, en el Parque Figueroa.

5

Delitatessen de pinchitos E. SERNA

La Medina (Mercado Victoria)

De chorizo y morcilla, de solomillo, de ternera, de pollo, de cordero... así hasta más de 25 combinaciones de pinchitos podemos encontrar en el puesto del Mercado Victoria La Medina donde María de los Ángeles cuenta que todas las «materias primas de la mejor calidad y de proveedores cordobeses». En esta época, los que más se venden son los de pescado: los hay de ventresca, de merluza, de bacalao, de rosada y salmón, y también de marisco todos ellos muy saludables y ligeros de cara al verano.

Los hay aptos para vegetarianos con pimientos, champiñones, calabacín, siempre en combinaciones «divertidas, vistosas y apetecibles». Los aliños son al curry, al estilo moruno, al ajillo, pero se adaptan con más o menos pique «siempre al gusto de consumidor». Se elaboran a diario y se cocinan a la plancha, listos para una comida variada de ibéricos, pescados y verduras. Su precio, otra delicia: desde 1.60 a 3 euros la unidad.

La Medina, Mercado Victoria.

6

Una de las especialidades E. SERNA

El Cruce (N-432 salida Villaharta)

En el cruce desde Córdoba a Villaharta , como se conoce desde siempre el lugar, el restaurante El Cruce se alza con unas inmejorables vistas a la serranía del Valle del Guadiato, un lugar idóneo para disfrutar de una comida familiar disfrutando de carnes de primera calidad, solomillos, secretos e ibéricos de la zona.

Entre su cocina tradicional destacan los pinchitos de cerdo, elaborados a la manera andaluza, con una receta donde el complejo adobo es la clave al paladar: ajo, cebolla, jengibre, perejil, cominos, tomillo, orégano, pimienta, clavo, nuez moscada, azafrán, aceite de oliva y toque de vino blanco. Todo ello bien pasado por el mortero se usa para embadurnar los trocitos de carne antes de acabarlos en la plancha.

El Restaurante El Cruce , en la Carretera Granada-Badajoz N 432, en el kilómetro 233, en la salida a Villaharta.

7

El bar de Posadas en un punto de parada recomendable E. SERNA

Bar Pepe Jiménez (Ochavillo del Río)

Córdoba tiene una aldea de apenas 800 habitantes a la que llegan andaluces de toda la región e incluso no pocos madrileños y catalanes en verano con la boca hecha agua antes si quiera de llegar. El motivo lo tiene Pepe Jiménez que regenta un bar en la calle Posadas de Ochavillo del Río desde hace una veintena de años donde elabora los pinchitos más grandes de Córdoba. Hasta 80 centímetros de un kilo de carne de cerdo de la mejor calidad adobada con un aliño «secreto de la casa que no voy a contar hasta que cierre el negocio».

El restaurador comenzó en los fogones de la mano de Paco Maestro, un cocinero de la aldea Quintana con quien trabajó en casetas de la feria de Córdoba hasta que decidió abrir el local popularmente conocido por sus brochetas infinitas que no dejan indiferente a nadie, por el módico precio de 13,50 euros.

Para los amantes del pescado, Pepe también cocina la versión del pinchito con perca, salmón, acedías, langostinos y chipirones, algo más ligero pero en una brocheta de igual tamaño a 11.50 euros. Su secreto es, además de los aliños, contar con productos de la mejor calidad y en las carnes, no se la juega y es fiel a su proveedor de siempre, Martínez Barragán. A tan solo 40 kilómetros de Córdoba, en el término de Fuente Palmera, Pepe recibe a sus comensales con la amabilidad que da el sur de la provincia de Córdoba.

8

Un pinchito en plena Corredera E. SERNA

El Sótano y El Patri (La Corredera)

En la céntrica plaza de la Corredera dos son las tabernas que ofrecen en sus cartas unos deliciosos pinchitos, de esos que aunque haga calor, los comensales siguen pidiendo porque es un plato que gusta. En El Sótano, los pinchitos de pollo además de la estupenda presentación, se deshacen en la boca por lo tiernos que están y además, tienen todo el sabor de una multitud de especias que eclosionan en el paladar. El dueño, Ezequiel, intenta hacerlo como al estilo marroquí y siempre que sabe de alguien que cruza el Estrecho, le encarga los condimentos de allí porque sabe que dan aportan el sabor auténtico de la brocheta.

En el tradicional El Patri, sus taberneras también los sirven de pollo o de cerdo en un plato muy completo, que da casi para un almuerzo por lo «bien despachado» que está con sus patatas fritas y su ensalada como acompañamiento.

Tanto El Sótano como El Patri están en la plaza de La Corredera.

9

El bar del Sector Sur tiene fama acreditada E. SERNA

Bar Miguelito

El familiar bar Miguelito, en la Plaza de Andalucía, en el corazón del Sector Sur de Córdoba , es conocido por su cocina tradicional, su «pescaito frito», platos con los que han crecido generaciones que algún domingo que otro, correteaban por el velador.

Pero un emblema de esta taberna, donde la amabilidad del personal rezuma en las bandejas del servicio, son sus pinchitos de riñones con panceta ibérica a la plancha, sin aderezo alguno, con todo el sabor de los productos de la tierra. El contraste de viandas hace el bocado una delicia para los amantes de la carne, que no pueden dejar de acompañarlos un vino de la casa.

También tienen brochetas de gambas frescas insertadas en un alambre y aderezadas con ajo y perejil, y los pinchos morunos de toda la vida, con lomo de cerdo adobado.

Bar Miguelito, en la Plaza de Andalucía.

10

El establecimiento se encuentra en la calle Morería E. SERNA

La Bodeguilla (Calle Morería)

En pleno centro comercial de Córdoba, en la calle Morería, La Bodeguilla sirve unos pinchos de secreto ibérico simplemente espectaculares cocinados por su chef, Carlos Tudela, que los elabora sin adobo alguno para que se pueda disfrutar de la jugosidad de la carne tierna, que acompaña con patatas fritas.

Toda la carta del restaurante se basa en la cocina tradicional, hecha con productos de primera calidad donde las gambas blancas y los pescados también son muy demandados. El local tiene una decoración muy luminosa y cuidada que hace agradable cualquier almuerzo o cena y además, su ambiente tranquilo y la amabilidad del servicio lo ha convertido en un punto «afterwork» de la ciudad.

La Bodeguilla, en la Calle Morería (Centro).

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación