Detenido por hacerse pasar por sargento de la Guardia Civil para evitar denuncias a sus amigos en Córdoba

Se hacía pasar por sargento de la Guardia Civil , acudía a accidentes o actuaciones policiales en los que sus amigos y conocidos iban a ser sancionados y medraba para intentar impedir la consiguiente denuncia ante los agentes. Nunca lo consiguió, y eso que lo intentó al menos una docena de veces . Pero sí ha logrado que la Benemérita haya terminado por identificar a este supuesto farsante, que ya ha sido detenido tal como indica la Comandancia de Córdoba en un comunicado.

Se trata de un hombre de 47 años que ya tenía antecedentes penales por delitos contra la salud pública, que por lo común suele significar tráfico de drogas. «De boquilla», y sin ninguna identificación que acreditara su mando, se indentificaba como sargento de la Guardia Civil entre los cuerpos de seguridad y ante sus amigos y vecinos.

Con esa actitud el ahora detenido lograba dos cosas: primero, que sus vecinos no lo denunciaran por tener la luz enganchada en una parcela; y segundo, « medrar para obtener ventaja en situaciones en las que algún amigo o conocido estaba siendo denunciado o se le estaba retirando el vehículo».

La Guardia Civil empezó a tirar del hilo el pasado 21 de octubre, cuando se produjo un accidente de tráfico con dos vehículos implicados. La conductora de uno de ellos, siempre según el relato que hace el Cuerpo en su comunicado, resultó que circulaba sin seguro y sin la ITV pasada . Para intentar escapar de la más que segura sanción, la mujer indicó a los agentes que era sobrina de un sargento de la Guardia Civil que se iba a personar en el lugar.

Aquel supuesto mando, y también supuesto tío de la implicada, era la persona ahora detenida. De nuevo, se identificó como sargento ante los agentes, pero eso no impidió que su «sobrina» fuera denunciada por las dos infracciones.

A partir de ahí los agentes siguieron sus pesquisas y dieron con otras 11 personas que habían vivido situaciones similares. La Guardia Civil asegura que el hombre no sólo no es sargento, sino que tampoco es un agente raso y ni siquiera ha pertenecido nunca a la Institución.