BALTASAR LÓPEZ - PRIMERA PLANA

Mi despedida a 2015

Este año, se consolidó la recuperación y nació un bipartito con la pegada de Rocky Marciano para tumbar proyectos

Se nos va 2015. Le tenemos hecho un hueco en la memoria para recordarlo con cariño. Porque ha sido el año en el que se consolidó la recuperación. Los indicadores positivos se han precipitado sobre nosotros y han regado los brotes verdes. Han crecido y se han extendido, aunque aún queda mucho para que esto sea un vergel. Hay miles de ciudadanos por cuyas vidas pasó el caballo de Atila de la crisis sin dejar que aún florezca ni una brizna de esperanza. Es el caso de los 21.000 parados de la capital que llevan más de un año sin trabajo.

La reactivación se dejó sentir más en los fabricantes de papeletas y urnas, porque este ejercicio fue un año de la marmota, enredados en un ciclo de precampaña, campaña y votación, y vuelta a empezar. Tuvimos autonómicas, municipales y generales. Me paro en las segundas. El PP repitió triunfo en la ciudad de Córdoba, pero, tras perder casi 29.000 votos, lo siguiente sin lo que se quedó fue el bastón de mando. PSOE e IU formaron un gobierno en minoría (11 de 29 ediles) que tiene como único pilar desde la oposición a los cuatro concejales de Ganemos (fuerza apoyada por Podemos). La seña de identidad del bipartito es su pegada, comparable con la del mismísimo Rocky Marciano, que usa para tumbar proyectos heredados de los populares. Ha noqueado a la Ciudad Deportiva del Córdoba; un centro comercial en Rabanales 21; el polideportivo del Pabellón de la Juventud... Su única apuesta novedosa es su loable plan de rescate ciudadano. Pero la ciudad necesita más. Le sobra, además, su querencia a cruzar guantes con el sentido común. Su última polémica es la de retirar por la espalda ayudas directas a oenegés de ideario católico. El Ayuntamiento alega que va a cambiar el modelo de concederlas, pero la forma en que las suprime, a escondidas y de golpe, apunta a que quiere dar una bofetada a colectivos que no le caen bien. Y se la propina aun a costa de estampársela también a ciudadanos muy vulnerables.

El Ayuntamiento sí fue protagonista en este 2015 por un hito positivo. Como pasó en 2014 con la Junta (Ciudad de la Justicia) y el Gobierno (Biblioteca del Estado), el Consistorio confirmó en marzo, todavía con el PP en la Alcaldía, que no somos una raza aparte y que podemos sacar adelante nuestros proyectos de ciudad, aunque necesitemos bastante más tiempo que el resto de la humanidad para ello. Capitulares comenzó la construcción del Centro de Ferias y Convenciones, que nos debe permitir jugar al fin en la primera división nacional del turismo de negocios.

No es la única máxima categoría a la que aspiramos. Tras el sueño de la salvación de unas noches de enero, el Córdoba entró en barrena y no frenó hasta que se empotró de nuevo en la Liga Adelante. Aquello duele hoy menos, porque los blanquiverdes nos permiten hacernos ilusiones fundadas con el ascenso. Ojalá, lector, la vuelta a Primera sea sólo una de las muchas cosas que celebremos en 2016. ¡Feliz año nuevo!

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