Día de los Desaparecidos
Las desapariciones más enigmáticas de Córdoba
Entre los últimos casos de personas en paradero desconocido figuran los de Paco Molina, Ángeles Zurera y Francisco Bonilla; actualmente en Córdoba se mantienen activas 46 denuncias de desapariciones
Un desaparecido al dí a. Es la media de denuncias que barajan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en Córdoba. No obstante, la inmensa mayoría se resuelven, ya que la mayoría de las desapariciones están relacionadas con con fugas de centros de reforma o de menores no acompañados.
Según los datos del Centro Nacional de Desaparecidos, actualmente hay 46 denuncias activas en la provincia de Córdoba. En 2020 durante el confinamientos (entre el 14 de marzo y el 2 1 de juio) se registraron 42 denunias; y entre el 25 de octubre y el 31 de diciembre fueron 45. Hubo 73 casos de reincidencia y un menor de un centro de reforma de Doña Mencía que se fugó.
Sin embargo, hay otros casos que no llegan a esclarecerse; personas a las que parece que se ha tragado la tierra, lo que sume en la angustia y la desesperación a sus familiares. Para evitar que estos nombres caigan en el olvido y se mantenga su búsqueda activa, la asociación Afadecor y la Fundación Europea por las Personas Desaparecidas (QSDglobal), entre otros colectivos, han organizado una serie de actos para conmemoría el Día de las Personas Desaparecidas , que se celebra este 9 de marzo.
Entre los eventos programados figura la colocación de una pancarta en la fachada lateral del Ayuntamiento de Córdoba recordando a quienes están en paradero desconocido, o la celebración, el próximo 14 de marzo, de la I Carrera Ciudadana por los Desaparecidos , gestionada mediante la organización Dorsalchip.
Entre los casos más enigmáticos de desapariciones en la provincia de Córdoba en los últimos años, destacan los siguientes:
Paco Molina
Desde que Paco Molina desapareció, sus padres no han cejado en el empeño de encontrarlo. Este joven lleva ya en paradero desconocido desde julio de 2015 (casi seis años), pero ninguna de las líneas de investigación abiertas ni de las pistas aportadas por ciudadanos han servido para encontrarlo. La pesquisas policiales ya ha abordado varias líneas de acción; la última se centró en la investigación de dos varones de mediana edad en Córdoba, así como el entorno en el que se movía Paco vinculado, al parecer, con grupos ultras de fútbol.
El joven, que tenía 16 años cuando se le perdió la pista, salió de su casa aquel 2 de julio sobre las 19.00 horas. Había quedado con unos amigos y le mandó un mensaje a su padre avisándole de que se quedaría a dormir fuera . Pero no volvió.
Sobre las 0.12 horas del 3 de julio, su teléfono lo situaba en el parque de los Patos . Este fue el último posicionamiento de su móvil; a continuación se apagó y nunca más ha vuelto a estar operativo.
La última información ha sido una carta anónima que se ha recibido en el apartado de correos que la familia habilitó en la que se informa de un posible avistamiento del joven. La Policía tiene que investigarlo ahora. Lo único que ha trascendido es que ha sido fuera de Córdoba.
A lo largo de todos estos años de pesadilla, los progenitores del joven no solo han tenido que soportar el dolor ante la falta de resultados, sino que han aguantado que muchos desaprensivos se intenten aprovechar de su desesperación. Ha habido hasta casos de individuos que han querido extorsionar a los padres de Paco. En noviembre de 2017 un hombre fue condenado a seis meses de cárcel por un delito contra la integridad moral. Hizo creer a Isidro y Rosa que había conocido a Paco en Albacete y que el menor vivía en un local de alterne. En 2019, unos colombianos, supuestos miembros de una organización criminal, les pidieron 8.000 euros y amenazaron con matar a Paco.
Fuensanta Roldán
El caso de Fuensanta Roldán está en el cajón de 'asuntos sin resolver' desde el 30 de enero de 2014 , cuando esta mujer, que entonces tenía 73 años, fue vista por última vez. Una cámara de seguridad de la calle San Fernando la grabó caminando en dirección al río de madrugada. Desde entonces, nada se ha sabido de ella. Las batidas y rastreos que la Policía Nacional llevó a cabo en su día fueron totalmente infructuosos. Se llegó a utilizar incluso un helicóptero que sobrevoló el Guadalquivir.
Sus familiares aportaron todos los datos necesarios para dar con ella: se trata de una mujer de 1,65 metros de altura, cabello negro ondulado y recogido, y que suele vestir ropa de color oscuro. Según la denuncia, esta cordobesa no sufre ningún tipo de enfermedad que precise medicación o que pueda justificar la ausencia de su domicilio.
Su hijo, Francisco José Castro, aseguró en una entrevista a ABC que «ya no tenemos esperanzas de encontrar a mi madre sana y salva; al menos, yo creo que no. Estoy convencido de que ella decidió, de forma totalmente voluntaria, abandonar, de que puso fin a su vida porque no podía soportar la ausencia de mi padre
Francisco Bonilla
Otro caso enigmática sin resolver es el del egabrense Francisco Bonilla, al que su familia vio por última vez el 13 de marzo de 2015 -esta semana se cumplen seis años de su desaparición-. Ese día estuvo comiendo con su hermano y se marchó después a su huerta sobre las 16.00 horas. Las únicas pistas según algunos vecinos, son que estaba hablando con dos personas ; desde entonces no se sabe nada de él.
Este hombre, de complexión fuerte, tenía 68 años cuando desapareció. la Guardia Civil puso en marcha un amplio dispositivo de búsqueda en el que participaron desde guías caninos especializados en rastreo de la Unidad Canina de la Dirección General de la Policía Nacional, un helicóptero policial -que realizó labores de visualización aérea-, hasta un dispositivo georradar, aparte de los centenares de voluntarios que batieron el amplio término municipal egabrense, peinando fincas, buscando en el interior de pozos, cauces de arroyos y del Río Cabra.
Los agentes interrogaron a testigos y personas del entorno de Francisco Bonilla, aunque sin obtener pistas que derivasen en un resultado fructusos. No trascendieron noticias de detenciones ni registros, salvo los relacionados con la propia finca e inmediaciones y la casa del desaparecido.
Ángeles Zurera
El pasado 2 de marzo se cumplieron 13 años de la desaparición de Angelines, aguilarense de 42 años. Aunque su exmarido fue el único imputado en el caso y condenado por malos tratos, no hay ninguna hipótesis que encaje con la desaparición.
Las últimas investigaciones se han centrado en el contenido de dos móviles encontrados en su domicilio en 2008, ya que ahora la tecnología permite tener acceso a cualquier posible registro que haya sido manipulado.
El juzgado que investiga el caso lo archivó provisionalmente ; sus familiares y amigos esperan que cualquier indicio pueda llevar a reabrirlo. Por este motivo van a comenzar una campaña para que cualquier persona que crea conocer algún detalle sobre la desaparición lo comunique.
Desde marzo de 2008 se han realizado infinidad de búsquedas en terrenos, solares, alpechineras, lagunas o conducciones subterráneas. También en naves y obras en las que trabajó su exmarido que tenía una empresa de derribos de obras.
La última gran búsqueda del cuerpo de Angelines se llevó a cabo el pasado verano en el solar que ocupaba la antigua cooperativa olivarera Jesús Nazareno puesto que, según se apuntó entonces, el exmarido trabajó en esta demolición y conocía a la perfección el lugar.
Rafael Muriel
Adamuz recuerda cada año a su vecino Rafael Muriel desde que desapareció el 1 de septiembre de 2016, sin dejar rastro. Este hombre, que tenía 58 años entonces, acudió al Hospital de Los Morales , en la capital cordobesa, para que lo ingresaran, porque llevaba diez días sin la medicación con la que se trataba la esquizofrenia .
Familiares, amigos y voluntarios llegaron a realizar hasta cuatro batidas para encontrarlo, sin obtener ningún resultado. Muriel tiene los ojos azules y el pelo canoso. La última vez que se le vio vestía vaquero azul y camiseta blanca .
Desde entonces ninguna noticia sobre su paradero, otra enigmática desaparición que se suma a la lista de asuntos sin resolver. Sus allegados no pierden la esperanza de que aparezca y piden que su caso no caiga en el olvido .
Pedro López Muñoz
La desaparición más reciente es la de Pedro López Muñoz, un joven de 30 años al que se vio por última vez el pasado 26 de noviembre de 2020 en la localidad cordobesa de Villafranca.
Lo último que se sabe es que el día 26 cuando cogió un tren dirección Sevilla . En el momento de la desaparición vestía un vaquero oscuro, un jersey gris de cuello alto bajo, un jersey verde agua y zapatillas de marca Fila de color marino. Además, portaba una bandolera color marrón.
El desaparecido padece de esquizofrenia y no lleva su medicación. Se ha dado un teléfono de contacto, 643 26 07 67 por si alguien tiene noticias sobre él. Así como también, se puede dar aviso a la Policía si cualquier persona conoce su paradero o lo a visto.
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