JUICIO A «SANDOKÁN»
Declaraciones de un inspector de Hacienda: «Gómez era como Dios»
Miguel Ángel Molina explica que era difícil saber cuándo actuaba como persona física o como persona jurídica
Continúa el juicio al empresario cordobés Rafael Gómez por presunto fraude al Fisco por más de 70 millones de euros, en esta ocasión con nuevas declaraciones ante el magistrado del Juzgado de lo Penal número 3 por parte de diferentes peritos. Así, El inspector de Hacienda Miguel Ángel Molina ha asegurado esta misma mañana respecto al delito fiscal sobre el Impuesto de Sociedades de 2006 que «lo más grave es que nunca se cerró ese ejercicio».
La razón, según el mismo testigo, es que mientras Hacienda investigaba el citado ejercicio estuvo años sin cerrar y con « cambios constantes ». Así, por ejemplo, se llegaron a provisionar «unas estatuas de granito que no correspondían».
Para el inspector, Rafael Gómez era «como Dios», porque era capaz de actuar dentro de la empresa como persona física y jurídica, y «era difícil saber cuándo actuaba como una cosa y como otra».
Y como ejemplo de lo que era capaz de hacer, el inspector ha recordado que Gómez puso una estatua en Torremolinos (Málaga) a cambio de que le pusieran una calle «a su nombre, no a nombre de Arenal 2000».