La declaración de Medina Azahara genera un auge del turismo pero pasa desapercibida para los extranjeros

Desde que el 1 de julio la Unesco le concedió el título de Patrimonio de la Humanidad, el turismo que genera Medina Azahara se mira con lupa. La Consejería de Cultura de la Junta ofrece datos que empiezan a mostrar los beneficios del prestigioso reconocimiento.

Sin embargo, pese a ser una joya monumental singular, hasta ahora la ciudad palatina había pasado bastante desapercibida para los extranjeros . En 2017, de las 186.036 personas que acudieron al yacimiento, únicamente una de cada cuatro era extranjera . En concreto, se contabilizaron 47.681 visitantes foráneos, el 25,6% del total.

La ratio también palidece cuando se observa la que alcanzó en 2017 la Sinagoga, igualmente propiedad de la Junta, con 617.200 visitas de las que 323.600 fueron extranjeras (52% del total). A favor del templo, cerrado desde mediados de diciembre de 2017 por obras, juega su céntrico emplazamiento.

El visitante nacional fue el que tiró del incremento del atractivo del yacimiento. Fueron 138.355 : 5.853 más que en 2016 -lo que supone un alza del 4,4%-. Los españoles supusieron el 74,4% de los que disfrutaron de la ciudad que gestó Abderramán III.

Las cifras del presente ejercicio permiten ver el primer impacto de la declaración de Patrimonio de la Humanidad. En los siete primeros meses de 2018 , las visitas al yacimiento se situaron en las 139.136 . Son 32.228 más que en el mismo periodo de 2017. Eso implica un estirón del 30,1%. En julio -el título de la Unesco llegó el día uno- , la cifra de quienes disfrutaron de este monumento se disparó un 227%: de 6.207 se saltó a 20.307 .