Decido ser un gilipollas

Soy lo suficientemente mayor como para no discutir si no es de dinero. Ni sentimientos, ni soberanías, ni vainas. Las palabras acaban en presupuestos, impuestos, cuentas de resultados. A mis años, materialismo histórico . Todos los hechos humanos se explican por las condiciones de producción, que diría un comunista de los antiguos —que siempre fueron gente de fiar— para pasmo de esta nueva izquierda veleta. Si piden el derecho a decidir, quiero que me digan, antes que nada, a decidir qué. Vivimos en un mundo tal que el hecho nacional es un simbolismo sentimental. Unos hacen castillos humanos y otros van a los toros con un gin tónic en el coleto. No es posible desconectarse de nada a menos que se suban a una montaña nevada, despeñen el móvil por un barranco y decidan limpiarse las posaderas con las ortigas que tengan a mano.

Cataluña tiene un consolidado autogobierno y una economía desarrollada, entre otras cuestiones, porque la malvada y ladrona España decidió que así fuera. Apenas que se rastree en los libros de Historia desde la pérdida de la última colonia —el nacimiento fundacional del catalanismo— se pueden hallar esos momentos en los que la industria, como la energía, no se crea ni se destruye sino que se traslada a Barcelona. Nadie que haya viajado por Cataluña puede decir que tenga peor sanidad pública, transportes o infraestructuras. Nadie puede asegurar que se está sojuzgando la lengua vernácula o la cultura local. Es mentira.

Eduardo Reyes es parlamentario por Junts pel Sí, facción Junqueras. Nacido en Córdoba , sus padres fueron unos de los muchos miles de emigrantes que partieron de sus localidades para dejarse el lomo en una tierra de promisión que adaptó una palábra xenófoba para marcarlos, charnego, y generó poblados chabolistas miserables como el de Montjuïc , que llegó a tener 30.000 vecinos a finales de los 50. Ahora ha decidido «dejar de ser gilipollas», según ha dicho en un mitin en El Prat, donde buena parte de los vecinos proceden de Garrovillas de Alconétar , Cáceres. Como el «molt honorable» Reyes comparte códigos, sabrá que se deja de hacer el gili cuando se deja de pagar por nada, cuando se obra en provecho propio.

Y esa es la clave en esta hora. Parte de la población de una tierra rica, incluidos muchos hijos de quienes hicieron las maletas, quiere dejar de poner dinero en el fondo común para no subvencionar menesterosos. Ese es el trasfondo nuclear, el meollo de todo esto, para sorpresa de los sepulcros blanqueados de cierta izquierda y del andalucismo endémico, que creen que esto va de banderitas, canciones patrióticas o derechos civiles . El parlamentario Reyes lo ha explicado perfectamente. Esto va de garantizarse el futuro, de un sálvese quien pueda. Pues en este punto, diputado Reyes, decido seguir siendo un gilipollas y financiar el subsidio del parado y la jubilación del pensionista sin preguntar el lugar en el que nació.