Agricultura
El cultivo de girasol en Córdoba, pendiente de la climatología para lograr una cosecha récord
La superficie sembrada este año rompe la tendencia de campañas anteriores de caída de terreno para la siembra de este cereal por su baja rentabilidad
Los agricultores que año tras año mantienen vivo e l cultivo del girasol en la provincia esperan que las temperaturas se suavicen en los próximos días para que se cumplan sus expectativas de cerrar este año una cosecha de récord . La lluvia que ha caído en el inicio de la primavera, coincidiendo con la plantación del cultivo, ha propiciado una elevada nascencia, por lo que los campos «están espectaculares», indica a ABC el técnico de Asaja, Antonio Monclova .
Con una siembra de éxito, sólo falta que las plantas que han arraigado sigan desarrollándose con normalidad, pero las altas temperaturas de los últimos días, en la antesala de una ola de calor, han hecho saltar las alarmas con unas máximas cercanas a los 40 grados centígrados. «El calor es una amenaza, con unas temperaturas medias de 28 grados, que es lo propio de estas fechas, tendríamos una cosecha muy buena, pero si se matienen así de altas se paraliza y se frena en seco el desarrollo. Si llega una ola de calor se corta de golpe la floración», indica Monclova.
Este año, según informó el técnico de Asaja, se ha mantenido prácticamente la misma superficie de cultivo, poniendo freno así a una tendencia de cinco años perdiendo terreno en detrimento de cultivos alternativos como la colza o el almendro . Al respecto, cabe recordar que en 2019 la superficie cultivada cayó un 3 por ciento, si bien en la campaña anterior se detectó una disminución del 15 por ciento por la escasa rentabilidad de este cereal.
La superficie cultivada este año supera las 27.500 hectáreas en la provincia, repartidas principalmente por los términos municipales de Córdoba, La Carlota, Fernán Núñez, Castro del Río, Espejo, Montilla y Cañete de las Torres .
Dura competencia
Aparte de la incertidumbre de las altas temperaturas, otro inconveniente asociado con las lluvias de la primavera ha sido la proliferación de las malas hierbas en los campos de cultivo, que obliga a los agricultores a entrar con la maquinaria para erradicarla antes de que los tallos del girasol crezcan más y desarrollen la panícula, lo que hace imposible realizar estas labores sin riesgo de dañar el cultivo.
A pesar de las expectativas de una gran cosecha para este año, el girasol está «condenado» a un segundo plano debido a su escasa rentabilidad. El técnico de Asaja indica que en la provincia se suelen producir unos 1.300 kilos por hectárea , mientras que en países próximos, como Francia , esa productividad llega a los 2.000 kilos por hectárea; y si se centra la mirada en los principales productores de Europa, como Rumanía o Ucrania , la producción es de 4.000 kilos por hectáreas.
La escasa rentabilidad es tal que muchas comercializadoras optan por comprar el girasol en terceros países y envasarlo aquí «porque incluso con los gasto del transporte les sigue saliendo rentable », señala Monclova.
Noticias relacionadas