Cultura

Cuentos para todos, en cualquier formato y en cada rincón de casa

La Biblioteca Municipal lleva la «Hora del cuento» a los hogares y pone en marcha un proyecto colaborativo para dar vos a los «Cuentos por teléfono» de Gianni Rodari

Rocío Linares

Había una vez un virus del que las personas se protegían en casa. Así podría empezar el cuento para explicar la pandemia de Covid-19 a los niños, el por qué del estado de alarma y de permanecer en casa con permiso, ahora, para dar cortos paseos. Y es que los cuentos ayudan a los menores a comprender la realidad, estimulan su imaginación y les graban aprendizajes que no olvidan. Por eso, la Biblioteca Municipal de Córdoba tiene en marcha el programa «Hora del cuento» en el que a diario se dedica un tiempo a escuchar la narración oral de historias de la mano de contadores experimentados. El cierre de sus salas por el coronavirus no ha impedido seguir escuchando los relatos por lo que la hora del cuento ahora se hace en casa

Diariamente y con la voz de los contadores habituales de la Biblioteca, publican un vídeo en el que se recrea la magia de los libros con historias que van desde las más populares, como «El flautista de Hamelín» o «Los tres cerditos», hasta títulos desconocidos como «El buen lobito» o «Erizo y conejo» .

Desde la Biblioteca, técnicos responsable de esta actividad, apuntan que los vídeos recogen toda la expresividad, detalles y matices que los contadores ponen al relatar las historias, transportando a los menores al universo de los personajes que van a conocer. Desde que se transformó el proyecto con el decreto del estado de alarma y se ha hecho imposible asistir a la sala , han publicado unos 40 vídeos con la promesa de «muchos más que llegarán», aseguran, considerando que la iniciativa «está siendo todo un éxito con entre 100 y 200 visualizaciones en cada cuento» y los comentarios positivos de las familias que aseguran que los pequeños piden su cuento cada día. Entretener, descubrir y aprender son las intenciones de los contadores, que consiguen además que los niños «no echen de menos sus ratos en la biblioteca».

Y siguiendo con los cuentos, la Biblioteca Municipal también ha iniciado un proyecto colaborativo de audionarraciones en homenaje a Gianni Rodari y sus «Cuentos por teléfono» . En el año de celebración del centenario del nacimiento del escritor, maestro y pedagogo italiano, se proponen reconstruir su inmortal libro con las colaboraciones de todo aquel que quiera enviarles un audio narrando los cuentos que componen la obra.

Se puede grabar como nota de voz o como mensaje de whatsapp y enviarlo al número 680658458 o al correo biblioteca.infantil@cordoba.es indicando nombre y si se desea algún dato adicional como profesión o relación con la Biblioteca. En la web biblioteca.cordoba.es se encuentra la relación de cuentos y los que ya están grabados, con posibilidad de escucharlos, para no repetir. De los 69, quedan muy pocos sin voz por lo que los narradores decididos deben darse prisa en participar.

La ilusión del cuento

Maestros, bibliotecarios, animadores socioculturaels, madres y padres de España e incluso otros países de habla hispana se han unido en la colaboración para reconstruir esta obra. «En estos días en que nos vemos obligados a mantener nuestras relaciones sociales y familiares a través de las telecomunicaciones, no hemos dejado de acordarnos de el Sr. Bianchi, de Varesse , que por su profesión de viajante de comercio apenas podía estar en casa. Eso no fue obstáculo para que cada noche, a las nueve en punto, telefoneara a su hija para contarle un cuento, siempre corto porque la tarifa plana aún no existía y las llamadas por conferencia resultaban caras», explican desde la biblioteca en relación con la trama y los personajes de los que trata el libro, una obra atemporal para pequeños y mayores.

«Su hija siempre esperaba ilusionada su cuento de cada noche y dicen que las señoritas de la telefónica (siempre eran señoritas entonces) suspendían todas las llamadas para escuchar sus cuentos, porque, ¡claro! Algunos son tan bonitos…». Esa ilusión por la hora del cuento es la que ayuda a los niños a soñar e imaginarse en otro lugar, en otro momento en que además de salir a pasear, pueden jugar con sus amigos, abrazar a sus abuelos y no hay un virus deambulando por la calle.

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