CRUZ DE LAS DESCALZAS DE AGUILAR

La retirada de la Cruz de las Descalzas desata las críticas de la calle

Representantes de la sociedad civil y políticos censuran la decisión de alcaldesa de IU, sus formas y el daño hacia los sentimientos religiosos

Dos vecinos delante del sitio que ocupaba la cruz retirada VALERIO MERINO

Jesús Prieto

LA retirada de la Cruz de las Descalzas en Aguilar ha ocasionado, con toda seguridad, uno de los más intensos debates sociales generados en los últimos años no sólo en la localidad sino a nivel nacional. El pasado martes se puso de manifiesto en la localidad hasta qué extremo determinados sentimientos están presentes en las personas. Unos sentimientos que se han transmitido de generación en generación en la localidad de la Campiña y que, aún hoy, una amplia mayoría los considera inamovibles.

Es el caso del sentimiento religioso frente a la decisión de la alcaldesa de retirar la cruz que se había construido junto a la iglesia del convento carmelita en 1938 para enaltecer los valores del bando nacional que luego apoyó la dictadura del general Franco . Esta cruz fue desprovista a principios de la década de los años 80 de la simbología que la apegaba a su origen político y, desde entonces, fue asumida por una gran parte de aguilarenses como un símbolo estrictamente religioso.

Algo que la regidora, Carmen Flores (IU), no ha visto tan claro y, por ello, ordenó la retirada de la cruz por considerar que su origen había sido netamente político y partidista. Tras pinchar en el cauce de la Ley de Memoria Histórica , se acogió a un informe de la Consejería de Cultura que autorizaba la eliminación por el daño de humedades que estaría provocando en el templo (estaba inserta en un arriate) y carecer de valor artístico. La cruz forma parte del entorno BIC del convento carmelita, por lo que la Junta debe informar todo cambio que se produzca en el mismo.

Una persona entra en la plaza Octogonal VALERIO MERINO

Son muchas las opiniones vertidas sobre este asunto. Y la mayoría de las que se han hecho públicas, han sido favorables al mantenimiento del hito considerando un ataque su retirada. Manuel Jiménez, empresario de la construcción, considera que la mayoría de los habitantes de Aguilar ni siquiera sabían cuál había sido el origen de esta construcción. Dice que remover la «historia vieja» de esta manera sólo hace que estemos removiendo un pasado de enfrentamientos y, a la vez, reproduciendo en pleno siglo XXI aquellas rencillas viejas entre la gente joven.

Jiménez mantiene que todos se referían a esta cruz como de las Descalzas y la teníamos asumida como símbolo religioso. Afirma que no escapa a nadie que durante la guerra y la dictadura hubo páginas muy oscuras pero que no produce ningún beneficio sacarlas a relucir tantos años después.

En este sentido afirma que «no es bueno olvidar, pero sí enterrar el pasado porque hay que pensar en el futuro, ya que se avecinan tiempos muy difíciles para la economía por culpa de esta pandemia de coronavirus». No obstante considera que la alcaldesa Carmen Flores también está haciendo cosas muy buenas por la localidad aunque «no me gusta esto que ha hecho» en esta ocasión.

Equivocación táctica

María José Ayuso fue alcaldesa socialista de Aguilar hasta el año 2019 cuando entró a gobernar IU con mayoría absoluta en el Ayuntamiento. Considera que ella supeditó siempre la actuación para eliminar la cruz a un informe técnico que avalara si entraba dentro de los símbolos contemplados en la Ley de Memoria Histórica o no. Por ello señala que ha sido una equivocación táctica de Flores porque, entre otras cosas, no deja claros los motivos por los que la ha suprimido. Por ello lo tilda como «una torpeza por su parte». Ayuso mantiene que si la propia regidora admitió que no entraba dentro de los símbolos de los que habla la ley memorialista, tendría que haber buscado más diálogo y apoyos para actuar puesto que ha faltado sensibilidad en el asunto.

Un vecino en el centro de la localidad ABC

No obstante la exalcaldesa mantiene que está totalmente en contra del linchamiento público que, por parte de gente que no es de Aguilar, se está sometiendo a Carmen Flores y que no apoya los insultos y amenazas. Y es que, añade, «en Aguilar la gente sabe discrepar sanamente sin que venga nadie de fuera a meter cizaña».

En el ámbito político también ha habido pronunciamientos. Antonio Zurera, portavoz municipal de UPOA, considera que el Ayuntamiento estaba obligado a quitar este símbolo «en virtud a los razonamientos de verdad, justicia y reparación». Zurera mantiene que la comisión gestora municipal que decidió construir la cruz en 1938 lo hizo como monumento civil para enaltecer los valores del bando nacional.

Y, aunque ya no hubiera placas alusivas ni ninguna inscripción, «fue el monumento en sí el que se levantó para esa finalidad política». El representante de UPOA dice que no hay que olvidar que el defensor del Pueblo Andaluz está dirigiéndose a todos los municipios para que eliminen este tipo de simbología. Si no se hace, las autoridades municipales pueden ser juzgadas y los ayuntamientos dejar de percibir subvenciones al estar incumpliendo la ley. Zurera discrepa en las formas sobre cómo se ha procedido. Al parecer ningún grupo político de la oposición conocía qué se iba a hacer y, ni siquiera todavía, «se nos ha informado de nada». Añade que habría que haber dialogado más para intentar no dañar los sentimientos religiosos. Por su parte, Ascensión Pérez, portavoz del PP, ha explicado que «primero hay que escuchar al pueblo, ver lo que quiere y ser siempre transparente facilitando también información al resto de la Corporación Municipal».

Pérez afirma que no se puede echar ninguna culpa en este asunto a la Junta de Andalucía porque «quien ha autorizado retirar la cruz ha sido la alcaldesa, una cruz que ya no contenía simbología franquista ni se consideraba afectada por la Ley de Memoria Histórica ». La representante del PP en Aguilar añade que «en política no todo vale y hay que dialogar y llegar a acuerdos sin anteponer los intereses propios a la voz del pueblo».

Manuel Fernández ha sido durante muchos años médico de familia en el centro de salud de Aguilar . Respecto a la cruz afirma que ha sido «instrumento de suplicio de los romanos que para nosotros no es otra cosa que el árbol donde resurge la vida, un árbol regado con la sangre de nuestro propio Dios, sangre que da vida al mundo y hace resurgir lo muerto de cada persona llenándolo de vitalidad». 

Fernández se pregunta qué puede estorbar una cruz que recuerda «nuestra salvación y que nunca significó odio ni partidismo. Añade que «simboliza el amor de un Dios hecho hombre para reconciliar al mundo con el Padre ». Considera que «esta infamia, este caciquismo no se democracia y podemos decir que el respeto se ha perdido ya que confundimos nuestra libertad enarbolando nuestras ideas sin tener en cuenta que la libertad del otro también está ahí para ser tenida en cuenta». Si se pierde el respeto «no puede haber diálogo».

Pablo Lora es párroco en Aguilar de la Frontera y explica que, en todo momento, ha tratado de respetar la legalidad vigente y «me he mostrado disponible a dialogar con nuestras autoridades». Sin embargo que «contemplar el símbolo de la cruz arrojado en un vertedero me ha producido un profundo dolor». A pesar de este triste acontecimiento, añade, debemos seguir adelante en lo fundamental de nuestra vida cristiana: «Seguir a Jesucristo y seguirlo con decisión». Afirma que hay que mantenerse unidos en este seguimiento sin dejar que las ideologías, de uno u otro tipo, contaminen la pureza de nuestro sentimiento religioso, que debe incluir en todo momento el perdón y la reconciliación.

Rezos especiales

El párroco afirma que estos días reza especialmente pidiendo perdón al Señor por las ofensas cometidas por la retirada del signo de la f e , del signo de la Cruz .

Elena Reyes ha sido profesora de enseñanza secundaria y está muy vinculada al movimiento parroquial aguilarense. Considera que la cruz que se ha retirado era un símbolo religioso y estaba exenta de cualquier connotación política. Dice que formaba ya parte indisoluble de la plaza que se abre justo delante del convento de las Madres Carmelitas y mantiene que ha sido «un grave error su eliminación».

Por su parte, la comunidad carmelita de Aguilar de la Frontera guarda una posición muy discreta sobre este asunto, y personas muy cercanas a ellas han explicado que se encuentran muy dolidas por todos los hechos sucedidos.

El presidente de la Agrupación de Cofradías de la localidad, José Cabezas, expresó a ABC su agradecimiento a todas las hermandades por la unidad concitada en torno al rechazo unánime a la eliminación del hito religioso que se consideraba por todos un símbolo religioso. Asimismo se refirió al «dolor inmenso» que ha causado contemplar la fotografía de la cruz tirada en un vertedero de Moriles . Sobre este asunto recalca que «ha provocado un profundo dolor que no nos merecemos y ha proyectado una imagen de Aguilar de la Frontera al exterior que no es la deseada por nadie».

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