Baltasar López - PRIMERA PLANA
Cosmos y el «caso Cheryshev»
Urbanismo no acepta un informe independiente sobre la cementera y sus argumentos son más pobres que los del Madrid
El edil de Urbanismo, Pedro García (IU), rechazó la pasada semana la solicitud de los trabajadores de Cosmos de que se haga un informe independiente que determine si es peligrosa para la salud la quema de residuos que prevé la cementera como vía para generar combustible de uso interno. Los empleados quieren ese estudio ante el hecho de que el cogobierno de izquierdas, para frenar este proyecto de incineración, está empezando a aplicar medidas y éstas, según la plantilla, suponen un riesgo de que se cierre la fábrica. El concejal usó unos argumentos más pobres que los del Madrid en el «caso Cheryshev». Descartó que se puedan hacer análisis imparciales: «¿Creen [por los periodistas] que hay alguien independiente en este mundo?». Y minimizó la importancia de los informes técnicos alegando que éstos decían que la central de «Fukuyama» (sic) era segura y en ella, tras el peor terremoto de la historia de Japón que provocó un brutal tsunami, se dio un desastre nuclear.
Se refería a Fukushima. Yo estaba allí cuando él hizo esas declaraciones. Y dijo «Fukuyama» —desconozco si influenciado por la lectura del conocido politólogo que estableció la tesis del fin de la historia: el triunfo del modelo de democracia liberal capitalista— y un servidor de ustedes también escribió «Fukuyama» en su crónica para la web de ABC. Tras los lógicos comentarios humorísticos en las redes sociales, me dio pena que no se abriera un debate serio real, y nada virtual.
Porque el bipartito está empezando a adoptar decisiones para impedir la quema de residuos. La multinacional brasileña Votorantim, dueña de la cementera, no tiene una fecha en la que quiera ponerla en marcha, pero sí la ve prioritaria, para reducir costes, ante la posibilidad de que crezca la demanda de su producto. Y no hace falta que recuerde que de industria, como de riqueza, aquí vamos muy justitos. No en vano, lo primero está relacionado con lo segundo.
El Ayuntamiento actúa sin encargar ni un informe sobre la peligrosidad o la inocuidad de esta práctica. Se guía por unos vecinos que sostienen la Plataforma Aire Limpio y que afirman que la incineración es muy dañina para la salud. Tienen estudios que, aseguran, avalan su postura. Pero siguiendo el razonamiento del edil García son papel mojado, porque no hay análisis imparciales. Al final, no sabré si Capitulares está garantizando nuestro bienestar o no. Sí puedo constatar tres cosas: Fukuyama fue quien preconizó el fin de la historia; el concejal de Urbanismo es el padre de la teoría de la «muerte de los informes técnicos independientes» y yo lanzo mi propia tesis. Ahí, va: hay escasísimas opciones de que arriben grandes firmas fabriles a una ciudad en la que su Consistorio toma medidas de calado contaminadas de arbitrariedad, en un clima irrespirable de inseguridad jurídica, ya que ni argumenta sus decisiones.