Francisco J. Poyato - PRETÉRITO IMPERFECTO
Cosmos irónico
El Ayuntamiento sí encarga estudios sobre sus redes sociales pero no para testar si Cosmos es perjudicial para nuestra salud
![Un operario en la empresa Cementos Cosmos, situada en el polígono de los Pedroches](https://s1.abcstatics.com/media/andalucia/2017/07/09/s/cosmos-cementera-cordoba-kicF--1240x698@abc.jpg)
El Ayuntamiento de Córdoba ha llegado a encargar un informe externo hasta para ver cómo mejora sus redes sociales. Sin embargo, a estas alturas, ha sido incapaz de encargar uno o varios estudios científicos a diferentes universidades sobre la presunta peligrosidad para el medio ambiente y la salud humana en Córdoba de la quema de residuos como combustible en la cementera Cosmos. Parece, a priori, un problema de notable enjundia como para explorar los ricos mundos de la investigación y la razón. El riesgo contaminante es el argumento esgrimido para poner cerco a esta empresa que emplea a cerca de un centenar de personas , cambiar el Plan General de Ordenación Urbana -que, aprobado por todos los partidos en 2001, no puso reparo alguno y hemos de suponer que en esos años la toxicidad existiría también- y abocarle al cierre o traslado, ya que la única salida en la actual coyuntura económica del sector pasa por esta alternativa, recomendada por la Unión Europea, sería irse a los suelos de la Campiña. Carretera de Granada y manta. Esto es, la política de hechos consumados. Primero la decisión, después los medios para llegar al fin.
Curiosamente, sí ha dado lugar una consulta a expertos de «talla mundial» la titularidad de la Mezquita-Catedral , un inquietante foco de contaminación ideológica, una fábrica de mentiras y usurpaciones, de tupidos velos patrimoniales sobre el ansiado Al-Ándalus feudal y una heroica cruzada sobre la restitución del imperio público. De nuevo, en la base de la escena el mismo guión. Un principio de partida, un final escrito y una arquitectura pseudopolítica para llegar hasta el fin que justifica todos los medios.
Parece hasta cierto punto razonable que si está en peligro la salud de los cordobeses, un poquito más se intuye la de los de Levante que la de los que vivimos en Poniente, cada vez que se enciende el horno de Cosmos, sería el momento idóneo para poner en práctica una consulta popular, un referéndum, el súmmum de la eufemística e idolatrada participación ciudadana cordobesa, que tiene ya el mismo empaque histórico que la proporción de Rafael De La-Hoz en los edificios del paisaje urbano. Al menos, que cada cordobés pudiera expresar libremente cómo dejarse llevar en la trenza de los días. Lástima que no tengamos esa oportunidad y debamos conformarnos con el trascendente asunto de la carrera oficial de la Semana Santa, tan nociva para los habitantes del Centro histórico y el medio ambiente como la quema de residuos o biomasa para fabricar sacos de cemento que luego, por circunstancias de este capitalismo salvaje, servirán para inflar la burbuja inmobiliaria.
Ironías del destino. La misma pléyade política que vela por nuestro cielo es la que postula la amnistía absoluta para el parcelismo ilegal con servicios sin licencias y a costa de entornos naturales protegidos como la Sierra. Ya se sabe que ni un cazador, ni un agricultor, ni un perolista exasperado, ni un hortelano social, ni un ciclista dominguero... Si en Córdoba hay un ser ecologista por antonomasia, ése es el parcelista. No cabe la menor duda, ni es preciso encargar consultorías, comisiones o mesas trapezoidales para entenderlo.
En esta defensa a ultranza del ecosistema hay que destacar la ampliación del vertedero municipal del Lobatón. Más espacio para seguir enterrando basura al modo tradicional, unos usos cuestionados por Bruselas desde hace tiempo dados sus claros efectos negativos para el medio. Empero, aquí el contrafuerte está en la masa laboral de Sadeco, joya de la corona de la larga trayectoria en el poder municipal de Izquierda Unida. Una masa laboral que parece no tenerse en cuenta, por contra, en el caso de Cosmos. Siempre hubo clases.