Cultura

Cosmopoética ya ilumina con versos el frío otoño de Córdoba

Un recital de Juana Castro, María Rosal, Isabel Pérez Montalbán y María González abre el ciclo

María González, María Rosa, Antonio Agredano, Juana Castro e Isabel Pérez Montalbán, en la inauguración de la edición 2020 de Cosmopoética Álvaro Carmona
Luis Miranda

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Ya suenan los versos de Cosmopoética . Con más distancia, con menos público, con más precauciones , pero con el mismo entusiasmo que cada año, y en una fecha, finales de noviembre, en la década larga de historia del festival literario de Córdoba. Ha comenzado al mediodía de este sábado.

Las escritoras Juana Castro, María Rosal, Isabel Pérez Montalbán y María González han protagonizado el recital de apertura en la sala Orive, y cada una lo ha hecho en su propio estilo. El alcalde, José María Bellido , ha asistido al acto inaugural, conducido por el director de Cosmopoética, Antonio Agredano.

María González (Córdoba, 1986) es la más joven, pero ya tiene una trayectoria y una voz personal. Ha presentado su libro «El hambre», con versos que han depurado una parte de su vida. « Tengo quince años , lápiz en los párpados, barro en las uñas, sangre en la vagina», dice, mientras reflexiona en otros lados: «Sobrevivir depende de aniquilar al enemigo».

El título de un libro, « Vikinga », define a Isabel Pérez Montalbán (Córdoba, 1964), porque nació en la calle Torremolinos. Su poesía es crítica y comprometida, pero también muy preocupada por el lenguaje y por los problemas de la tierra. Por eso habla de su casa, «de habichuelillas tiernas y palizas », y cuenta la historia de los niños de los que han abusado.

María Rosal (Fernán Núñez, 1961), tiene una trayectoria con muchos libros y también premios importantes, y su poesía es expresiva y de palabra muy cuidada . Cuenta cómo cambió el destino que se le tenía preparado a una mujer. «En verano, mi madre me apuntaba a clases de costura », y allí iban apareciendo los personajes de «Cien años de soledad», el símbolo de su amor por las letras y su vocación literaria.

La literatura aparece froma constante en sus novelas, y en otro lado evoca la figura de un antepasado, su tatarabuelo, al que da los rasgos y la aventura de Ulises antes de regresar al pueblo. Todo termina el día en que la maestra pinchó la burbuja: «Me había arrebatado la historia de mi vida un tal Homero».

Ha culminado el recita l Juana Castro (Villanueva de Córdoba, 1945), la escritora más consagrada, reconocida y traducida, que ha hablado de la ciudad de Córdoba, «de trigo sarraceno la voz de las muchachas», y de lo que ha significado para ella. «Yo no tuve jazmines hasta llegar a Córdoba».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación