JOSÉ LUQUE VELASCO - DESDE MI RINCÓN
Las cosas sencillas
En Córdoba estamos perdiendo nuestra forma de ser, nuestras costumbres, mientras nos distraen con asuntos que no nos interesan
¿Qué tema local puede interesar? Esa pregunta me la hago cada vez que me dispongo a escribir una columna. Confieso que cada día me cuesta más encontrarlo. El asunto de la Mezquita-Catedral no es que esté agotado, es que produce vergüenza. Porque la obstinación y torpeza de nuestros responsables políticos no tiene la respuesta ciudadana que merece. Tal vez necesitamos amar a Córdoba de manera diferente. Del Metrotren son muchos los años que llevamos mareando la perdiz sin ver resultados concretos. Mejor será esperar a que el jefe de estación ordene la salida de el primer convoy, para analizar las ventajas que ese proyecto genera en la ciudad. El desempleo es asunto para el que, en campaña, todos los políticos afirman tener las soluciones para reducirlo y cuando repiten como candidatos, vuelven a prometer que van a hacer lo que cuando gobernaron no cumplieron. Los impuestos no es un tema que admita muchas opiniones. Todos sabemos lo que hacen cuando llegan al poder. Unos y otros, sin distinción, con formas refinadas y burocráticas, nos sangran cada día más sin que los ciudadanos percibamos en servicios y calidad de vida lo mucho que pagamos. Sin embargo, hablamos poco de las cosas sencillas. De esas que sin gran coste, hacen feliz a cualquier persona. ¡Hablemos de ellas!
Lo primero que todos exigimos para ser felices es que se respete nuestra libertad, nuestra moral, nuestros sentimientos, nuestras costumbres, es decir, nuestra manera de ser. Pues esto es algo que estamos perdiendo en Córdoba, mientras nos distraen con asuntos que no interesan. Tener un trabajo digno y seguro es otra cosa indispensable para hacer feliz a cualquier persona. Pues nada es más necesario para conseguirlo que la Administración Local no obstaculice con burocracia o asfixie con impuestos la iniciativa empresarial. A tenor de lo que vemos, en Córdoba parece que no se cumple esa condición. Dice nuestra Constitución que todos somos iguales ante la Ley. ¿Respetan eso nuestras administraciones locales y provinciales a la hora de contratar cualquier tipo de trabajo o servicio? ¿Es mucho pedir una ciudad limpia, segura y ordenada? Creo que estamos lejos de conseguir eso en Córdoba. Estas son alguna de las cosas sencillas que hacen feliz a una población y que cuesta poco ejecutarlas. ¿Por qué no se hacen?
Decía el político mexicano Benito Juárez que «malditos aquellos que con sus palabras defienden al pueblo y con sus hechos lo traicionan». En Córdoba estamos cansados de palabras, de poses, de promesas, de viajes inútiles, de proyectos y organismos improductivos e inviables. Necesitamos hechos que nos permitan alcanzar esa felicidad a la que todo ser humano tiene derecho a aspirar, máxime cuando se está dispuesto a trabajar y luchar para conseguirlo.