Tribuna Libre
Lo correcto como norma
El portavoz adjunto de Cs en el Parlamento Andaluz analiza en este artículo el trabajo de su partido en la lucha contra la pandemia y la crisis del coronavirus
![Juan Marín, en el Parlamento autonómico](https://s2.abcstatics.com/media/andalucia/2020/08/21/s/opinion-carrillo-cordoba-k9BG--1248x698@abc.jpg)
El debate político se corrige con habitual fruición a través de dos conceptos que se usan como taumatúrgica explicación a las decisiones tomadas: lo correcto y lo conveniente. No siempre abrazados en axioma único, a menudo corrigen deficiencias de gestión. Así pues, la política no acaba siendo el arte de lo imposible , ni de lo invisible. Es, sobre todo, el arte de lo incorrecto, pasado por el tamiz de lo conveniente. Para el pensamiento oficial establecido en la Junta durante cuatro décadas, eso fue lo que hicimos hace año y medio cuando llegamos al gobierno de Andalucía: lo incorrecto. Andalucía se gobernaba entonces como una taberna de intereses creados . Bajo el yugo sostenido del subsidio, freno imparable al progreso, el socialismo-araña depredaba los recursos públicos mientras diseñaba, desde el aparato oficial, cómo perpetuarse en el poder. Andalucía, en 2018, estaba igual de pobre, atrasada y con los mismos registros de desempleo que en 1982. El reloj se detuvo mientras la corrupción institucional diseñada por el PSOE crecía . Nunca antes lo público sufrió tanto como bajo gobiernos de la izquierda. Entre 2012 y 2015, educación y sanidad acusaron los mayores recortes de nuestra historia, apadrinados por ese gobierno extremo de PSOE e IU. Despidieron a más de cinco mil profesores y dejaron en las listas de espera a cientos de miles de pacientes, a los que borraron del servidor oficial. Triste y lamentable legado. Cuando un partido secuestra las instituciones mediante el anacrónico pero efectivo sistema feudal de compra-venta del voto, la alternativa política se hace tan necesaria plantearla como milagrosa conseguirla. La paradoja de nuestro tiempo es que se presenten como progresistas quienes más trabajan para frenar el avance. Consuman su cinismo repitiendo aquello que odian, aunque se trate de la columna vertebral que define su subsistencia.
La crisis del Covid ha acrecentado ese estado de nerviosismo permanente que viven en el PSOE desde que ya no ocupan San Telmo con puño de ERE. Durante dos meses, la sociedad civil ha comparecido en el Parlamento para contarnos a los diputados sus ideas, propuestas, medidas y soluciones para hacer frente de manera decidida y definitiva a la crisis. Diferentes ámbitos, diversos sectores, colectivos de todas las áreas vinieron a explicarnos su visión, coherente con su experiencia y conocimiento. Nuestra obligación era escuchar, atenderles y trabajar por concluir en un dictamen las acciones que, a futuro, puedan paliar el impacto de la pandemia.
Mientras PSOE y Adelante Andalucía estaban en su casa, de vacaciones, allí estaba Ciudadanos , ejerciendo su obligación como partido de gobierno. La sociedad civil andaluza ha respondido ante la crisis, La oposición en Andalucía, no. Los que más presumen de defender la sanidad pública se marcharon a la playa cuando más tocaba escuchar a los profesionales que trabajaban en ella. Le gusta a la izquierda española siempre más una manifestación que un hombro arrimado, más una pancarta que un acuerdo. La agitación es la salsa que cuece todos sus guisos.
Pero los diputados de Ciudadanos no vinimos aquí para hacer lo mismo que hacían los mismos. Nuestra impronta de regenerar lo que estaba manchado por la corrupción es innegociable. Somos lo que Andalucía en silencio siempre pedía: que la quisieran sin hablar por ella, que trabajaran por defenderla sin envolverse en banderas de regionalismo trasnochado, que denunciáramos injusticias sin cometer agravios comparativos con otros territorios, que el futuro se construyera sin reescribir el pasado. Vinimos a Andalucía a servir , no a servirnos. Desde entonces, hemos aprobado leyes que eliminan la burocracia que ahogaba a empresarios y autónomos a levantar sus sueños con al esfuerzo de su talento. Hemos protegido la dependencia con una financiación nunca antes vista, hemos aumentado el presupuesto en educación incrementando la plantilla docente y garantizando la seguridad de todo el colectivo educativo, como ya hicimos en el ámbito universitario. Sin propaganda, sin artificios, sin colectivos propios movilizados en pos de una causa política. Sólo trabajo, trabajo y más trabajo. Repito, a eso vinimos.
Andalucía vivió cuatro décadas de régimen democrático de un solo partido . Los andaluces cambiaron esa deriva hacia la nada que provocaba la anestesia social en forma de subvención que ahormaba el socialismo sostenido con fondos públicos. Ahora respira, confiada en que, tras la crisis, construyamos la región que debe liderar una nación de ciudadanos libres e iguales. Porque España, a pesar de algunos, sigue empezando en Andalucía . Y Andalucía, con Ciudadanos en la Junta, funciona mejor.
Fran Carrillo es portavoz adjunto de Ciudadanos en el Parlamento Andaluz
Noticias relacionadas