Coronavirus en Córdoba
Los enfermos con coronavirus de Córdoba irán al Hospital Provincial si son adultos y al Materno-Infantil
El centro reserva ascensores, camas y pasillos en previsión de contagios
El Hospital Reina Sofía de Córdoba ha marcado ya los ascensores que usará para trasladar a las personas que se contagien de coronavirus , ha fijado los circuitos internos y los pasillos por los que desplazará a los afectados por Covid-19 y ha reservado al menos dos habitaciones en el antiguo Hospital Provincial y otras tantas en el Materno-Infantil en previsión que tenga que aislar a pacientes.
La Dirección-Gerencia del recinto convocó este viernes a mediodía el comité de seguridad y salud del centro y les facilitó a los representantes de los trabajadores un documento de 32 páginas en el que vienen reflejadas las citadas medidas y que da el detalle de cómo tienen que actuar si detectan un caso sospechoso o uno positivo.
La reunión tranquilizó a los profesionales si bien consideran que llega con algo de retraso: ésta es la crítica que formuló ayer el sindicato CSIF , que informó a ABC Córdoba de que lleva desde el 12 de febrero demandándoles a los directivos del centro un encuentro para fijar el abordaje del coronavirus. «No ha sido hasta ahora, cuando la alarma social es ya un hecho, cuando han decidido convocarnos», lamentaron las fuentes del sindicato consultadas por este periódico.
La reunión de ayer estuvo presidida por la portavoz sobre coronavirus que ha nombrado la Consejería de Salud y Familias para toda la comunidad autónoma, Inmaculada Salcedo , que tiene su plaza de facultativa en el centro. El mensaje que les trasladó a los trabajadores fue en la línea de las declaraciones que Salcedo realizó a este diario minutos antes de que comenzara el encuentro: «Los profesionales han recibido una formación específica sobre coronavirus, al tiempo que hemos diseñado circuitos internos para pacientes y hemos determinado los ascensores y los sitios por los que tendría que pasar un caso sospechoso».
Salcedo insistió además en que el Hospital ha hecho ya acopio de las mascarillas y de los dispensadores de geles que cree que va a necesitar. Este periódico constató durante la mañana de ayer que el personal encargado del almacenaje y de la logística del Reina Sofía repartía material de protección para la infección entre las unidades de ingreso del recinto sanitario.
De otro lado, la Dirección-Gerencia ha habilitado una sección específica en la web del Reina Sofía para informar a los empleados de las cuestiones de más interés.
Suspensión de las actividades de voluntariado
Las medidas de cautela no acaban ahí. El cartel está a la vista de cualquiera que pase por el sitio del Hospital Materno-Infantil del Reina Sofía destinado a las clases que reciben los niños ingresados y dice lo siguiente: «Ante la recomendación formulada por el Ministerio de Sanidad,Consumo y Bienestar Social, en relación con la actuación de prevención frente a casos de coronavirus Covid-19, y concretamente repecto a la celebración de actividades que conlleven la asistencia de personal que no trabaje en el centro sanitario, deben aplazarse». La nota añade: «Por indicación de la Dirección-Gerencia quedan aplazadas todas la actividades de voluntariado hasta un nuevo comunicado».
La suspensión temporal de los programas del Hospital que desarrollan asociaciones o particulares de un modo altruista afecta a cientos de pacientes, que encuentran en ellos un complemento a la atención asistencial que reciben de los profesionales sanitarios. Se trata, sobre todo, de iniciativas lúdicas y educativas que hacen más llevadera la estancia en el centro hospitalario.
«Aquí ya no se puede ni estornudar»
«Aquí ya no se puede ni estornudar, que te mandan a Urgencias por sospechas de coronavirus». El comentario distendido lo hacía ayer una enfermera en el ascensor del Hospital Materno-Infantil del Reina Sofía, que compartía con una auxiliar de su misma planta, con otro empleado que subía con varias cajas de mascarillas y con dos personas más. «Acaban de traer el material: la supervisora me está esperando para que se lo entregue», decía el hombre. Eran poco menos de las once de la mañana y la apariencia de normalidad en el centro sanitario era solo eso, una apariencia. La presencia no masiva pero sí más que apreciable de pacientes con mascarillas en las salas de espera Consultas Externas y de Urgencias, en el aparcamiento y en la parada del autobús daba la pauta de que algo inusual estaba pasando. O puede pasar.
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