Coronavirus en Córdoba

Las voces de los parados en Córdoba: «Tenemos 12 euros y somos seis. Tengo que venir a por comida»

Los testimonios de quienes acuden a por alimento evidencian con dureza el impacto de la epidemia

David Ojeda, Antonio Morante y Diego Guillén fueron ayer sin éxito a por comida al colegio Fernán Pérez Oliva V. M.

Baltasar López

La necesidad de iniciativas como «Todos por Córdoba» , una red impulsada por el Ayuntamiento y Banco de Alimentos para la distribución de forma urgente de alimentos a quienes ya sienten de lleno las consecuencias económicas de la crisis del coronavirus, quedaba patente ayer a las puertas del colegio Fernán Pérez Oliva (Santuario), donde se han repartido alimentos con esta iniciativa -ahora está en obras y ya no se usará más-. Allí, los ha distribuido hasta ahora la asociación de vecinos Arenal del Arcángel , pero este colectivo los va a repartir a partir de ahora en el colegio Alcalde Jiménez Ruiz (esta semana, prevé arrancar con entregas el jueves y el viernes y desde la próxima semana esperan que sean los tres últimos días laborables), así como, además, una jornada semanal en el centro educativo de las Francesas y en la asociación vecinal de Cañero.

Algo menos de una decena de personas acudieron hasta el colegio Fernán Pérez Oliva ayer en busca de comida -unas aseguraban que fueron por indicación de Servicios Sociales y otras iban a probar suerte-, pero ya no entregaban allí nada.

A la entrada, esperaba Diego Guillén , que trabajaba en una fábrica de helados pero « por la mierda del virus me he quedado parado cuando he trabajado toda mi vida». Son «seis en casa» , con su mujer y sus cuatro hijos, y les quedan 12 euros a la espera de que «el 10 de mayo , que es la fecha que he leído en Google, cobremos » por el ERTE en el que se ha visto inmerso. A nivel nacional, se está retrasando el pago de sus prestaciones. « No me queda más remedio que venir a por comida . O me dan algo así o tengo que entrar en un supermercado y me lo llevo. No dejaré que mis hijos pasen hambre », decía. Diego aseguraba haber ido allí por indicación de la «asistente social».

David Ojeda , por el contrario, fue, por consejo de un amigo , «a ver si hay suerte». Hasta la llegada del coronavirus, él , que vive con su hermano también parado , «iba tirandillo» con su trabajo «pintando puertas y eso, pero no estaba asegurado ». La epidemia se llevó su empleo y ahora él y su hermano lo están «pasando mal» . «Necesitamos la a yuda para comer . Tampoco tengo para butano ni para pagar la luz . Cuando digan de cortar, la cortarán, y punto».

El caso de Antonio Morante es similar al de Diego, el primer interlocutor. Él también es un padre de familia y trabajador , que se ha visto involucrado en un ERTE (es repartidor a domicilio), aunque él sí se señala que antes de la crisis ya recibía ayuda de Banco de Alimentos, porque son cuatro en casa y con lo que él ganaba «no nos llegaba».

A la espera de que «probablemente el diez de mayo cobremos» , confiesa que en casa están «mal económicamente» . «Ahora mismo, necesitamos más la ayuda para lo más básico, para comer », cuenta. «Es duro, sobre todo para los chiquillos. Les quieres dar más, pero más no puedes darles tampoco», comentaba mientras señalaba que había acudido allí porque «me llamaron de Asuntos Sociales».

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