Coronavirus en Córdoba
Así se vive en Córdoba con el coronavirus en el cuerpo y en la familia o tu pueblo
Personas contagiadas, sus familiares más cercanos y responsables públicos de las zonas afectadas desgranan cómo es el día a día en la batalla contra el virus
La convivencia con el coronavirus tiene muchos prismas. El día a día de los contagiados, sus familiares más cercanos e incluso las autoridades públicas que gestionan casos en sus localidades desvela un sin fin de inquietudes, interrogantes, dudas, miedos, situaciones delicadas , problemas añadidos, agradecimientos, recomendaciones e incluso alguna queja. Todos tienen un objetivo, el combate al enemigo común del Covid-19 que ha dado un vuelco a sus rutinas.
Javier Herrera es un cordobés Policía Nacional de 36 años que trabaja en Madrid en el distrito de Hortaleza . Fue diagnosticado «con síntomas compatibles con el coronavirus» y recibe tratamiento «como positivo», según le comunicaron en la consulta de urgencias, aunque «por mi condición de joven y sin patologías previas» no le han hecho las pruebas . Este fiel aficionado al Córdoba CF desde la distancia desgrana en declaraciones por teléfono a ABC que lo ha pasado mal «durante cuatro o cinco días», ya que los síntomas han sido un pleno: «He tenido fiebre, tos, dolor de cabeza , dolor de garganta y flema».
Desde hace más de una semana está «aislado en una habitación de mi casa» y sin contacto físico «con mi mujer y mi hija» para evitar su contagio. Afortunadamente, Herrera destaca que para él «podría ser como una gripe, sin mocos, pero quizás algo más larga , ya que jamás he estado más de dos días malo como esta vez». Ya está en la fase final «porque sólo me queda la tos», pero luego es consciente de que «tendré que estar aislado otros 14 días». Ahora su preocupación admite que es la familia. «Mi madre trabaja en el Reina Sofía y lo ha pasado mal estos días porque está viendo de lo que se trata en su día a día», desvela el policía.
Preocupación familiar
Los familiares de personas contagiadas son otro vértice del mal trago contra el coronavirus. Francisco Murillo, natural de Belmez y 60 años, tiene a sus dos padres ingresados. Su madre «estaba grave» en la UCI de Pozoblanco, aunque ha mejorado y ya se encuentra «a un paso de salir a planta». Su padre, de 87 años, en Peñarroya . Además, les toca estar aislados en casa con su esposa. «Cuando te dan la noticia, te pones en lo peor», admite con la voz entrecortada. Desgrana que desde que le confirmaron el diagnóstico «no hemos podido ver a mis padres» , ya que «no nos dejaron ni pasar al hospital». Sus progenitores están «aislados y con tratamiento». También ellos, aunque en cuarentena en su domicilio. Además, con la mala fortuna de que «vino mi hijo, que trabaja en Sevilla, y mi nuera a visitarnos el viernes y también han tenido que quedarse aislados con nosotros».
Un familiar de otro de los primeros contagiados con Covid-19, que prefiera guardar el anonimato, incide en la doble preocupación que padecen estos. Por un lado, «la incertidumbre de cómo evoluciona tu familiar» y, por otro lado, «la de ver que tú no estés contagiado para no propagar el virus a más gente». Eso sí, reflexiona que la respuesta de su entorno con ellos «no es ni mucho menos de rechazo» como podía pensarse ante una situación de posible contagio , sino «todo lo contrario, se han volcado en el apoyo». Anoche confirmó que «le han dado de alta», la noticia para esperada. Se trata de la primera que se produce en Córdoba.
Mientras, al alcalde de Belmez, el socialista José Porras , le ha tocado la responsabilidad de gestionar uno de los municipios más golpeados de la provincia de Córdoba por esta crisis sanitaria. Con apenas tres mil habitantes hay cuatro contagios entre sus paisanos. Le preocupa que «no sabemos de dónde viene el foco » porque «ninguno de los contagiados ha viajado recientemente y, de hecho, en algunos casos son personas que ni salen de casa». Con todo, Porras agradece «el comportamiento y la solidaridad de los belmezanos, que están cumpliendo las normas de aislamiento a rajatabla» para evitar su propagación. De hecho, explica que «desde hace dos días no hemos tenido más casos».
Un poco más preocupante era ayer la situación de Alfonso Reyes , el exjugador de baloncesto cordobés, otro caso de contagio. Tras pasar varios días de aislamiento en su domicilio contó ayer por Twitter , como ha hecho a diario, que iba «al hospital» porque «no mejoraba». El «bicho», por el coronavirus , decía, «ha vuelto con los búfalos y los elefantes». La fiebre no le ha abandonado durante la última semana.
Coinciden en alabar el comportamiento del personal sanitario . Pero, también hay hueco para alguna preocupación. Es el caso que refleja Murillo. «Tras estar en contacto con los casos positivos de mis padres nadie nos hace la prueba y no parece lógico». Lamenta que «hemos llegado a estar horas para hablar» con el teléfono de la Junta para estos casos, pero «no conseguimos que nos atiendan».
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